Las fiestas de navidad que acaban de terminar tienen en España un colofón que son los reyes magos que traen regalos a los niños. Habitualmente los niños creen que los reyes magos existen hasta una edad bastante avanzada, superior a los 10 años de edad. En el caso de mi hija Noor pensaba que ese tiempo se había acabado a los 5 años porque en unas clases extraescolares que recibe alguien le dijo que los reyes magos no existían. Noor me lo dijo enseguida muy convencida de esa no existencia.
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Dislexia: Atención en el aula desde un marco positivo.
Carolina Pérez Ruiz. Maestra Audición y Lenguaje, Especialista en Psicología Positiva e Inteligencia Emocional. www.emotivacpc.es
La dislexia puede definirse como una dificultad de aprendizaje de la lecto-escritura, que afecta a la distinción de letras o grupos de letras, memorización, falta de ritmo, dificultades para su orden y colocación, en la sintáxis… y, por lo tanto, dificultades generalizadas en la integración de todos los aprendizajes en relación directa con los procesos lecto-escritores.
Cuando los alumnos potenciales de dislexia llegan a Primaria, sin tener trabajadas habilidades previas y sin diagnosticar, enfrentarse a las tareas propias del ciclo se hace muy dificultoso y también muy frustrante, porque se encuentran sin recursos y, a menudo, comienzan a aparecer síntomas de afectación emocional.
La autoconciencia emocional 2
En la entrada anterior sobre la autoconciencia emocional he hablado sobre todo de la herramienta, la razón y el papel que desempeña, y queda pendiente de hablar del otro polo de la relación: lo emocional, nuestro contacto con las sensaciones, con la sensación sentida. Una buena autoconciencia emocional implica un buen contacto con nosotros mismos, con nuestras emociones y sensaciones en cada momento. Poner nombre a la emoción sirve evidentemente para manejar la emoción, pero sobre todo nos hace más conscientes de lo que sentimos, de qué es lo que estamos sintiendo en cada momento. Desde este punto de vista la autoconciencia emocional es el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes que implican un adecuado contacto emocional
La autoconciencia emocional
En el área de competencias del autoconocimiento la autoconciencia emocional es la competencia central.
Se podría definir como darse cuenta de lo que estoy sintiendo, de qué me ha hecho sentir así, y qué información me está dando esa emoción. Entre los pasos necesarios para la gestión de una emoción corresponde al momento de “ponerle nombre a la emoción”. Implica un conocimiento, luego la herramienta clave es la razón, en su función más central: etiquetar la emoción. La autoconciencia emocional es por tanto el perno que une razón y emoción, y por tanto un elemento fundamental para poder gestionar las emociones como seres humanos.
La dinámica de la inversión en los besos
Desde hace mucho tiempo he estado interesado en el beso (en este blog llevo ya 4 entradas, ver por ejemplo: http://wp.me/p2KddV-5j ), me llama la atención su elevada presencia en las interacciones humanas y lo poco que se ha escrito y estudiado el beso, no sabemos casi nada del beso. El beso ha estado ausente en la cultura hasta tiempos muy recientes en que las emociones y las relaciones están entrando en la cultura y en la investigación científica. Es un fenómeno que se producía, pero que no merecía la atención. Y es un fenómeno muy, muy importante.
El sistema educativo español carece de unidad
Resumen: la protesta en educación en España contra los recortes y la ley Wert ha dejado de manifiesto la división del sistema educativo, tanto que se puede dudar que exista un único sistema educativo español. Desde el punto de vista vertical, autoridad y docentes y desde el horizontal, pública, concertada y diversas autonomías, no existe una voz unificada que hable para toda la educación.
La protesta de la educación en contra de los recortes y de la ley Wert lleva ya dos años activa, y está dejando en claro algunos datos preocupantes sobre la educación en España. En mi opinión ha dejado evidente la desunión que existe en el sistema educativo español. Los recortes han afectado por igual a todo el sistema educativo que atiende la educación obligatoria, tanto en la vertiente pública como en la concertada. Los recortes no han sido exactamente iguales porque desde el punto de vista de la financiación ambas agrupaciones son muy diferentes, pero es evidente que ambas han sufrido enormemente por parte del mismo agente: la administración. Bueno pues, con esas condiciones, no han sido capaces de reunirse en defensa de unos intereses comunes que los integrara, sino que los diferentes movimientos han terminado subrayando lo específico de cada sistema y han terminado con una separación bien marcada entre ambos colectivos.
En la misma línea, cada colectivo ha dirigido las protestas hacia la defensa de los puestos de trabajo, algo totalmente legítimo, pero que dadas las diversidad de condiciones laborales más bien ha contribuido a establecer aún más que las distancias entre ambos colectivos son irreconciliables. Es decir, no se ha establecido un debate sobre cómo tiene que ser la educación para hacer frente a sus problemas educativos, de fracaso escolar, de malos resultados, etc., sino al menos a dos conflictos laborales diversos, ya que se han puesto en juego los puestos de trabajo.
Esto lleva a varias conclusiones, no hay realmente un sistema de educación en España, sino varios, pues a los dos citados hay que añadir el privado, que no recibe financiación pública. Esto es un gran problema cuando se pretende afrontar los problemas de una educación que, eso sí, es juzgada de modo unitario: los datos de los informes PISA son para España en su conjunto. Es decir los problemas de la denostada educación española necesitan una respuesta unificada, que apunte en una dirección única. Pero hemos constatado que esa unidad no existe.
Sí que existe un debate sobre la educación en España, es un debate que corre por internet centrándose en la necesidad de introducir nuevas metodologías pedagógicas, de ajustarse a la realidad de los alumnos, de utilizar las TIC como un recurso educativo, etc. Este debate es llevado a cabo por muchos profesores inquietos por el modo en que se realiza su trabajo y los resultados de este: el elevado fracaso escolar, etc., etc. Este debate no termina de alcanzar sus objetivos porque aún no ha llegado a interesar a los responsables de la educación, es decir, a los responsables políticos de la educación.
Estos siguen utilizando, y la ley Wert lo demuestra, el viejo sistema de pretender arreglar la educación a base de leyes, sistema que ya hemos comprobado 6 veces en la democracia que no funciona. Esta será la séptima. Y aquí opera una nueva división: la que existe entre docentes y responsables de la educación. Además la entrada de los políticos ha hecho que en el debate entren también las diferencias autonómicas, especialmente las lingüísticas, es decir una nueva división la autonómica.
Resumiendo: este tiempo de protestas se salda hasta el momento con profundas divisiones del sistema educativo, divisiones verticales entre las “autoridades” de la educación y los agentes de esta: los docentes y las asociaciones de padres. Y divisiones entre las comunidades de docentes: los diversos centros educativos y el sistema al que están adscritos: público, concertado y privado, además de las diferencias lingüísticas entre las diversas autonomías.
Es decir una pena enorme, es lo único que se me ocurre decir, porque en estas condiciones es muy difícil conseguir la efectiva reforma o sencillamente la actualización del sistema educativo, para afrontar con una mínima eficacia los retos que tiene delante.
Los profesores y el trabajo en equipo
Resumen: En una sencilla dinámica de equipo los participantes deben apretarse, los de empresa lo hacen con facilidad, los de escuela con bastante mayor dificultad. Parece estar dentro de la mentalidad organizativa de la escuela disponer de un espacio propio inviolable. Cambiar esta mentalidad tan arraigada resulta complicado.
En el ISIE tenemos la experiencia de trabajo en clima y cohesión de equipo en los claustros de los colegios. Me gustaría reseñar una observación simplemente para ponerla en el debate. Se trata de una percepción realizada tras bastantes veces de realización de una misma dinámica, dinámica que he visto realizar múltiples veces tanto por equipos de profesores como por equipos de empresa.
La dinámica es muy sencilla y su dificultad estriba sencillamente en que, para resolverla, los participantes deben físicamente apretarse, sin este requisito no es posible resolver el ejercicio. Lo significativo, y esta es mi observación es que en empresa los participantes se agrupan rápidamente, y se aprietan mucho más que los equipos de escuela, y por tanto resuelven con mucha más rapidez y eficacia el ejercicio.
La percepción es que, hablando en general, a los profesores les cuesta mucho más ceder el espacio de alrededor, incluso en un contexto de trabajo en equipo. Parece parte integrante de la mentalidad del profesor el ser poseedor y dueño de un espacio propio, espacio del que disponen según les parece y encuentran fuera de sitio que los demás se lo ocupen. Para resolver la dinámica, por así decir, entablan conversaciones cuando se percatan que hay que apretarse y poco a poco se ponen de acuerdo, no sin resistencias y bromas, en ceder ese espacio.
El reflejo del facilitador en esta dinámica proyectiva es: «¿Qué os impide ceder el propio espacio?». La percepción es que lo tienen interiormente asimilado como propio. Mi explicación es que durante mucho tiempo el profesor ha sido el dueño de un aula, de una clase, y ese espacio era su responsabilidad, las demás instancias del colegio estaban para ayudarle a atender mejor su clase, pero no podían interferir. Es decir durante muchos años, llegando hasta las raíces mismas de la constitución de la escuela, los profesores se han organizado como pequeños reinos independientes cada uno en su aula. A esa cultura de trabajo se incorporan aún hoy, es algo que está metido muy hondo en la escuela.
En muchas ocasiones, tanto por parte de comunidades educativas, como de profesores singulares, ya se ha llegado a la conclusión de que hay que cambiar, que no se puede seguir enseñando con culturas organizativas del siglo XIX. Sin embargo, cambiar mentalidades, y máxime cuando están tan arraigadas, resulta difícil, y encuentra muchas resistencias, que los profesores no saben ni siquiera de donde proceden.
Debido a esto los caminos de la innovación de la escuela resultan complicados. Este que señalo es solamente una de las dificultades. Por indicar alguna más, puedo decir que la comparación que establezco en la entrada entre escuela y empresa es otro punto que genera resistencias. La escuela se concibe como un espacio muy diferente a la empresa y la simple comparación parece que lleva a una asimilación, que es explícitamente rechazada en muchos casos. Pero bueno, esto debería ser ya el tema de otra entrada diferente: ¿en qué se parecen escuela y empresa y en qué puede ayudar a la escuela la mentalidad organizativa de la empresa?