El miedo es una emoción relacionada con tu seguridad. La aparición del miedo es una señal emocional de peligro a la vista. Para Abraham Maslow, la seguridad es el segundo nivel de su famosa pirámide de las necesidades y su contenido es: Seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud, de propiedad privada. Nuestro sueldo, el empleo, los recursos económicos que tenemos, lo que tenemos en propiedad, nuestra salud. Tu miedo de atrás custodia el conjunto, no de lo que eres, pero si de lo que tienes.
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Los niños no entienden la ironía
Hasta los 8 o 10 años de edad los niños no entienden la ironía y sin embargo la utilizamos. En su tercera acepción de la RAE, ironía es: «Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice». La primera es, «burla fina y disimulada». Los niños no lo entienden porque su comunicación es directa, entiende poco de decir una cosa queriendo decir otra, de burlas y de disimulos.
En resumen, cuando utilizamos la ironía creamos para el niño un ambiente de inseguridad, a través de crear una distancia afectiva. Los niños necesitan seguridad que es fundamentalmente afectiva. Después de las necesidades básicas cubiertas, lo primero que necesita un niño es la seguridad del vínculo con las figuras significativas y las que están a su cuidado y la ironía pone en duda precisamente esa seguridad del vínculo.
Seguridad de la comunicación, el niño no debe encontrarse que su comunicación no es aceptada. Eso es precisamente lo que hace la ironía: dudar de la comunicación del otro y con los niños la palabra es confianza.
Debemos confiar en lo que nos dice el niño. Evidentemente alguna vez nos engañará, entre otras cosas porque tiene que aprender el valor de las palabras, aprendiendo a mentir. Pero es mejor que nos mienta alguna vez que perder la confianza. Sencillamente cuando descubramos la mentira, si lo es, se lo decimos y restauramos la confianza. Esto va haciendo más consistente la comunicación. Es decir hay que dar valor real a la comunicación del niño y no desvalorizarla porque es de un niño. Cuando más valoremos la comunicación del niño más sólido va a ser nuestro vínculo con el/ella.
Esto no quiere decir que no haya sentido del humor en la comunicación, sino que tenemos que distinguir burla de sentido del humor. Burla aparece en la definición de ironía, sentido del humor no. El problema con la burla es que desprecia a la persona, la considera incapaz en alguna medida. El sentido del humor, la broma, en la comunicación con los niños es bueno, incluso muy bueno, pero la burla es mala. La burla es una herramienta de la ironía.
Como un trabajo importante de autoconocimiento, cada vez que utilizamos la ironía, deberíamos tratar de descubrir los motivos que nos han llevado a hacerlo. Seguro que descubrimos intencionalidades que dejan de lado al niño y aparece nuestro cansancio o nuestro mal humor u otros motivos por los que hemos hecho pagar al niño que no tenía nada o poco que ver con ellos. Este trabajo posterior a la utilización de la ironía puede ser muy importante para ayudarnos a utilizar nuestra comunicación de un modo más seguro.
Lo que digo en esta entrada sirve tanto para padres como para docentes y cuidadores y significa un gran cambio en el modo en que nos relacionamos con los niños, en el modo en que les apoyamos en su crecimiento, creando un clima de seguridad afectiva, que es nuestra finalidad más importante en nuestra relación con ellos.
Amenazar a los niños
En el lenguaje que utilizamos con los niños está presente de un modo continuo la amenaza: “si no te portas bien, no sales a jugar al parque”, “si no recoges la ropa no me acompañas esta tarde (algo que sabemos hace ilusión al niño)”. Esto no solo lo hacen padre y madre, sino en general todas las figuras con edad superior al niño y que se relacionan con él. Es tan habitual que ni siquiera se percibe en muchas ocasiones la grave incidencia que tiene en el mundo del niño y se utiliza como un modo de amplificar la fuerza de nuestra comunicación.
Las necesidades del ser humano y el sistema emocional
Las necesidades del ser humano son variadas y complejas, formando todo un sistema que interacciona. Abraham Maslow lo dejo reflejado en la pirámide que lleva su nombre. Lo que no aparece en la pirámide es el detector emocional de cada necesidad. Y sin embargo debajo de cada emoción hay una necesidad. La clave de la gestión en Educación Emocional es llegar a descubrir precisamente cuál es la necesidad que se encuentra debajo de cada emoción.
EL TIEMPO FUERA (DEL AULA): ¿Es útil la distancia como castigo?
Carolina Pérez Ruiz. Maestra Audición y Lenguaje, Especialista en Psicología Positiva e Inteligencia Emocional. EMOTIVACPC. www.emotivacpc.es
La estrategia del “tiempo fuera” es utilizada para modificación de conducta, como castigo, con aquellos alumnos que no presentan un comportamiento adecuado en aula, transgreden las normas, agreden y boicotean, en un momento dado, la actividad o el clima en clase. Consiste en expulsar, durante un corto período de tiempo, al alumno fuera del aula, para que reflexione sobre su comportamiento, que no es aceptado por el grupo y no puede permanecer con el resto de sus compañeros si no respeta las normas establecidas.
La plástica como herramienta de expresión emocional
Carolina Pérez Ruiz. Maestra Audición y Lenguaje, Especialista en Psicología Positiva e Inteligencia Emocional. EMOTIVACPC. www.emotivacpc.es
Desde que somos pequeños, buscamos la forma de comunicarnos con el mundo ya sea a través de gestos, la palabra, la música, el baile, construyendo, dibujando… La expresión artística es un recurso inherente al ser humano.
El miedo a los 6 años
Entrada escrita por Daniel Sancho Tos, entrenador deportivo emocional y por Antonio Esquivias
Es sorprendente cuán diferente es cada niño en su gestión del miedo, voy a contar el caso de mi hijo que fue para mí una gran sorpresa. El miedo sirve para delimitar nuestra zona de seguridad y decirnos que experiencias hemos hecho y cuáles no, y por tanto en que situaciones nos sentimos seguros y las dominamos y en cuáles no. Cuando mi hijo Lucas tenía 6 años, le regalaron unos patines. En aquel entonces Lucas ni siquiera sabía para que servían, ni siquiera era capaz de ponerse el solo los patines en el pie correcto. Aún así una tarde quiso bajar a la calle a probar sus patines nuevos y con esa intención y gran determinación, yo le observaba muy ilusionado con sus patines, nos dispusimos a ello. Cuando por fin consiguió ponerse los patines de la manera correcta, inició la maniobra para ponerse en pié, lo cual fue complicado y como es lógico termino cayendo rápidamente y de forma grotesca al suelo. A los 6 años el niño se encuentra plenamente en la etapa de los aprendizajes, de la exploración del mundo, de las tareas. Hasta un poco antes de esa edad el niño está concentrado en la construcción de sí mismo, en su identidad y en el cuidado de sus relaciones de confianza y seguridad fundamentales. El niño quiere saber quién es. Ahora, sobre la seguridad de su relación de seguridad, quiere explorar el mundo, y se lanza a tumba abierta a por ello.
El estrés desde el punto de vista emocional
El proceso del estrés tiene mucho que ver con las emociones, en realidad es la respuesta de nuestro sistema emocional a una situación de carga percibida como constante y de la que persona no puede librarse.
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El llanto del bebé (2): ¿qué puedo hacer?
Entrada escrita por Teresa Escudero, médico pediatra, doula y coach emocional.
Esta es la segunda de 2 entradas sobre el llanto en el bebe. La primera se centró en ¿Por qué llora un bebé?
¿Y cuándo llora, qué puedo hacer?
La necesidad básica de los seres humanos (y la de todos los primates superiores) es el contacto. El alimento es importante, qué duda cabe, pero mucho más importante es el contacto, como demostraron ya hace décadas los clásicos experimentos de Harlow con los monos.
Cuando un niño llora, lo primero que está pidiendo es cercanía, contacto, PRESENCIA. Según la personalidad del niño, algunos llorarán solo cuando lleven un tiempo solos, otros llorarán en cuando los padres hagan amago de dejarlos en la cuna (incluso cuando todavía están apartando los brazos, el simple hecho de separarse del torso del cuidador, despierta una angustia terrible en algunos niños). Este llanto, agobiante para muchos padres y madres, nos recuerda que, como mamíferos altriciales, necesitamos alguien que nos cuide, que nos acoja, que nos abrace. Esta necesidad es universal, y el llanto del niño nos recuerda todas esas veces en las que lloramos… y por desgracia no fuimos acogidos, cuidados, ni abrazados. Todas esas veces que nuestros padres hicieron caso al “experto” de turno y nos dejaron llorar, cuando nosotros necesitábamos consuelo. Por eso, a la sensación desagradable que todos tenemos programada por la naturaleza para defender a la cría, se añaden sensaciones y emociones aprendidas, sentimientos de desamparo y tristeza, dolores antiguos que el bebé aviva sin saberlo.
Cuando un niño llora, es porque siente dolor. El dolor puede ser físico, puede ser evidente en la exploración clínica que hay una incomodidad, gases, estreñimiento, una rozadura del pañal o de la ropita del bebé. Pero hay un dolor más profundo, el dolor emocional. Los niños lloran a menudo por estrés, porque venir a este mundo es tremendamente estresante. Yo a menudo les pido a los padres que intenten pensar que han pasado un fin de semana en un SPA, relajándose, disfrutando, con un “todo incluido”, comiendo y bebiendo cuando querían y como querían… Y el lunes hay que volver a trabajar. Ese lunes todo nos parece peor, nuestro jefe está más quisquilloso de lo habitual, nos cuesta lidiar con el tráfico, y cuando volvemos a casa no lloramos, pero no nos faltan ganas de hacerlo…¡con lo bien que se estaba en el SPA!!
El bebé lleva 9 meses en un entorno cálido, seguro, húmedo, sin nada que le roce, flotando, sostenido por el útero, con alimento y bebida constante, a través del cordón umbilical. A veces sufre el estrés que tiene mamá, pues le llegan sus catecolaminas a través de la placenta, pero la propia placenta se encarga de protegerle, de dosificar incluso esos momentos de estrés materno.
Y entonces nace: Y entonces, por primera vez en su vida siente hambre y sed. Por primera vez en su vida siente frío, o calor. Por primera vez en su vida escucha los ruidos a través de aire, sin el manto protector de la piel, el útero y el líquido amniótico. Por primera vez ve la luz, que cuando es brillante incluso hace daño.
El bebé se ha acostumbrado a un contacto constante, a un movimiento constante, a una alimentación constante, a un ruido de fondo constante (corazón, intestino, voces amortiguadas de fuera, la voz de mamá…). Y eso espera y necesita cuando sale. El lugar más aterrador para un bebé humano normal, es un lugar duro, frío, que no contenga ni se mueva, silencioso y donde no puede comer cuando lo necesita. ¿Os suena? Sí, el lugar más estresante para un bebé humano es una cuna (sobre todo si está en una habitación distinta de la de sus padres).
¿Cómo hacemos para que el niño llore menos? ¿Cómo aliviamos ese estrés?
Simplemente haciendo caso a nuestro instinto. Nuestro cuerpo, nuestra emoción, nos pide que cojamos a ese bebé, que abracemos el llanto, que consolemos la tristeza. Y, como suele suceder, el mensaje del cuerpo, el mensaje de la emoción, es verdadero.
¿Si lo cogemos se calmará? Pues no siempre. Hay niños que necesitan llorar mucho, los niños que han vivido con su mamá un embarazo más estresante, los niños cuyos partos han sido más instrumentalizados y menos respetados, los niños nacidos por cesárea, los niños a los que se ha intentado “enseñar a dormir” con cualquier método que incluya el dejarles llorar, normalmente tienen más necesidad de llorar ese estrés añadido, y acompañar su llanto puede ser agotador.
Por eso os invito a que, al acompañar el llanto de vuestro hijo, acompañéis también vuestros antiguos llantos, que al abrazar a vuestro hijo, abracéis a ese niño interno al que no abrazaron cuando lo necesitó, que al contener a vuestro hijo, seáis capaces de reconoceros vulnerables. Y si veis que no sois capaces, que duele demasiado, pedid ayuda. El puerperio es un momento excelente para indagar en nuestra infancia, en nuestros miedos, para rescatar a ese niño interno que necesita ser mirado, comprendido y acogido. Pedir ayuda, buscar alguien que nos contenga a nosotros y nos apoye, que nos abrace sin juzgarnos, incluso alguien que pueda coger a nuestro hijo y calmarlo cuando nosotros ya no podemos más, es ser un buen padre, es ser una buena madre, porque sólo estando atentos a nuestra propia emoción, seremos capaces de estar atentos a las emociones de nuestros hijos.
Los niños son grandes maestros, con su llanto nos invitan a llorar nuestro propio llanto, nos invitan a no reprimir la tristeza, la rabia o la simple incomodidad. Nos recuerdan que tenemos derecho a ser consolados, pero también el deber de consolar.
Que el llanto de nuestros hijos nos ayude a reconocernos y a consolarnos unos a otros. El mundo se convertirá en un lugar mucho más amable y más hermoso.
Noor y nacer en la época de los smartphone
Resumen: Los niños de hoy día nacen en una situación muy diferente a las generaciones anteriores.. y se manejan perfectamente. Hay que aprender a vivir en el cambio y aceptar que hay cosas en las que no vamos a poder seguir el ritmo del cambio.
El otro día mi mujer me preguntó: «¡Cariño!, ¿has hecho algún gasto en google?»
«No, no he hecho compra alguna por internet en agosto y desde luego no en google».
«¡Pues hay nueve salidas en la cuenta corriente por pagos a google!».
Enseguida los nervios, cancelar al tarjeta porque alguien debía haber pillado los datos de la tarjeta, y evitar un agujero mayor en la cuenta. Y preguntamos a nuestros hijos mayores, 17, 16 y 12 años y ninguno había hecho gastos por internet y no tienen los datos de mi tarjeta.
Al día siguiente fui a la sucursal bancaria y comienza una pequeña búsqueda de dónde podrían ser los gastos. Son todos de una aplicación de google para juegos a los smarthphone, dispositivos android o como sea que se llamen. La investigación comienza a apuntar a Noor. Efectivamente unos diez días antes había dejado por primera vez mi móvil a Noor, mi mujer era la que se lo dejaba y por repartir. En el móvil han aparecido un montón de nuevos iconos de juegos. Juegos que coinciden con google. Los cabos quedan atados. Noor ha sido capaz de bajarse juegos de google desde el móvil y pagarlos. Cuando cancele la tarjeta aún había algún intento rechazado de gasto rechazado por el banco.
La verdad es que Noor tiene 3 años, cumple 4 en noviembre. No le he oído contar más allá de 10, y realmente no maneja bien los números por encima del 5. Pero se maneja mejor que yo con el móvil, es connatural para ella. Se baja juegos que le gustan, se conecta a Clan, una cadena infantil, y ve otros videos que le interesan, saca fotos de lo que le parece interesante, … Yo en 1980 ya trabajaba con ordenadores, entonces Digital, que era una central, que estaba refrigerada, y varias terminales que utilizábamos en mi trabajo Use el antiguo Mckhintosh, novedad absoluta en el año 1987. Y no he dejado de utilizarlos. Sin embargo tengo que aceptar que mi hija de 3 años hace cosas que yo no sé hacer.
Se pueden sacar muchas conclusiones emocionales sobre este hecho. Ella es lo que se llama nativa digital, incluso más, es nativa Smartphone: sabe muchas más cosas sobre ellos, su vida, sus experiencias son muy diferentes a las mías, que viví mi infancia en los 60. La capacidad de adaptación del ser humano es increíble y nos adaptamos a la época que nacemos de un modo natural, que no por ser tan natural deja de ser increíble. La educación formal desde luego está a gran distancia de poder adaptarse a sus nuevos alumnos que van a sufrir en la adaptación a letras y cuentas… Noor no sabe ni de una cosa ni de otra.
Hay una conclusión para mí: vivimos en el cambio y por mucho que sepas, que hayas trabajado de pronto te quedas atrás y parece que no puedes coger el carro, que te va a dejar irremediablemente atrás… y hay que vivir con ello. Hay que aprender a convivir con el cambio y con la propia limitación a asimilarlo.
Desde luego hay que sacar una conclusión para los sistemas de seguridad de google, que pueden ser horadados por una niña de 3 años. A mí me deja francamente inseguro sobre las compras por internet. Esta es también una conclusión para mí: atento a los datos en internet.
Dejadme decir algo final como padre: ¿verdad que tengo una niña muy lista?!!!