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Los 5 pasos del coaching
Resumen: el coaching es una conversación. Las conversaciones nos organizan (en esto sigo a Rafael Echevarría). Se realiza en 5 pasos: objetivo, presente, dificultades, opciones, compromiso. Acaba siempre en un compromiso. El coaching es acción, no es elucubración, ni consideración, ni información.
El coahing es en su práctica una conversación entre 2 o más personas, en la que una hace de coach, es decir de entrenador, es decir busca que la persona o personas que acuden a él logren sus metas.
Me parece que puede ayudar a entender este aspecto de diálogo o conversación una definición Rafael Echeverría (sociólogo y filósofo chileno) que a mí me gusta mucho: «Una organización es una red dinámica de conversaciones en conversación con su entorno». Una persona puede considerarse también una organización, que se plantea metas y que se encuentra en conversación con el entorno.
Me parece que si se entiende la afirmación se puede entender en qué sentido el coaching es una conversación: es una conversación que busca la eficacia, la realización práctica, que busca resolver las dificultades que nos impiden conseguir las metas, impulsarnos hacia nuestro objetivo. Por todo ello el coaching es una conversación muy concreta. Una conversación abocada a la acción
Para poder ser así, la conversación que es cada sesión de coaching (y todo un proceso de coaching en su conjunto) se concreta en 5 pasos, que resultan naturales en una conversación que busque lograr un objetivo. Esos 5 pasos son:
- Objetivo. No solo el proceso tiene un objetivo, cada sesión lo tiene, un objetivo que es como una etapa del proceso. En cada momento hay que saber hacia dónde vamos.
- Presente. Hay una situación real, lo que está sucediendo. Esta toma de conciencia, este saber realmente donde estamos, cómo está la situación es una de las claves del coaching y parte fundamental de cada sesión.
- Obstáculos o dificultades que están impidiendo llegar a la meta, si no hubiera estos obstáculos ya tendríamos ese objetivo que deseamos. Determinar con precisión que impide llegar es muy importante, no vaya a ser que queremos más alguno de los obstáculos que la meta y esa es la razón de que no avancemos hacia ella.
- Opciones. Nunca hay una sola posibilidad, abrir posibilidades es la herramienta más importante del coaching. Ver los diferentes caminos que nos puede posibilitar alcanzar nuestra meta.
- Compromiso. Acabar siempre con un compromiso. Una conversación que no acaba en compromiso es tiempo perdido. El compromiso es lo que nos hace avanzar y realmente lo que especifica que una conversación es coaching y no cualquier otra cosa. No es hablar por hablar, es un hablar que organiza nuestro mundo, que es práctico.
La naturalidad de la conversación del coaching se desarrolla del siguiente modo: Hipótesis de partida: quiero conseguir algo. Primero analizo ese algo que quiero conseguir y en qué va ser beneficiosos para mí. Una vez decidido como importante, analizo el presente, cómo está la situación en relación con ese algo que quiero conseguir. Al analizar así el presente me doy cuenta de los obstáculos que me impiden conseguir ese objetivo. Entonces repaso las opciones que tengo, teniendo en cuenta las dificultades, para sobrepasarlas y llegar de todos modos al objetivo. Llegados a este punto decido cuál es la mejor opción y establezco un plan de acción. Ahí está mi compromiso.
Entiendo perfectamente que hay otras escuelas de coaching que utilizan otros pasos, otra secuenciación, esta es la que utilizamos en el ISIE donde practicamos coaching emocional y llevamos ya muchos años de experiencia.
Las metas de un profesor para su asignatura
Resumen: Existe un modo de plantearse como impartir las asignaturas que no tiene en cuenta los sentimientos de los alumnos sobre la asignatura misma. Se sugiere como dar la vuelta a este planteamiento e integrar los sentimientos de los alumnos sobre la asignatura en los objetivos del profesor, con ventajas evidentes en cuanto a la implicación de los alumnos en la asignatura. Estamos hablando de un profesor que actúa como líder-coach y tiene habilidades de educación emocional.
Existe un modo llamémosle general de que un profesor se plantee las metas para su asignatura, lo podríamos resumir en 3 puntos, poniendo un ejemplo con las matemáticas.
- Mi objetivo es que mis alumnos aprendan matemáticas
- Les doy clase de matemáticas (sigo los modos que conozco de dar clase)
- ¿Qué consigo? No les gusta, no les interesa, no le ven la utilidad
Como se ve es un recorrido que parece lógico y que lleva a mucha frustración y que va a continuar despertando una sorpresa, que va a terminar generando una sensación de impotencia: ¿cómo es posible que no le vean utilidad a las matemáticas? ¿Cómo es posible que no les interese?
El recorrido realizado es:
- Querer (objetivo)
- Hacer (método de dar clase)
- Tener (final real al que llego, final que no estaba en el objetivo)
Se puede ensayar un recorrido diferente para llegar a un resultado también diverso.
- Quiero que mis alumnos se interesen por las matemáticas y las vean útiles (interés y sentir útil la asignatura son mis objetivos).
- Doy mi clase una vez en el mercado, otra en la bolsa, hacemos un presupuesto de la familia, cómo me administro la paga,… (o cualesquiera otros métodos adaptados a la edad e intereses de mis alumnos, estos son solo ejemplos sencillos con la conciencia evidente de que es algo más complejo)
- Objetivo: Consigo que mis alumnos se interesen… y aprendan
En realidad hay un cambio profundo que sigue el siguiente orden:
- ¿Cómo quieres que se sientan tus alumnos?… SENTIR
- ¿Cómo puedes dar la clase para conseguir eso?… HACER
- ¿A qué objetivo llego?… TENER
El objetivo está situado en el momento de ser establecido en el lugar real: el objetivo es siempre lo último en la consecución. Pongo en primer lugar los sentimientos que me gustaría suscitar.
Me tengo que renovar para encontrar unos métodos de enseñanza de mi asignatura (HACER) que estén ajustados a lo que pueden entender los alumnos. Debo innovar y debo ir cambiando y ajustando en función de los resultados que vaya obteniendo.
Sé muy bien, basta un somero recorrido por internet, que hay múltiples profesores que han hecho este recorrido y han puesto sus métodos a disposición de los demás: hay montones de formas de enseñanza de las matemáticas, por ejemplo, disponibles en la web. Por lo tanto hay una amplia selección que solo está esperando el trabajo de búsqueda y adecuación de cada profesor. Aquí solo quería desentrañar el recorrido subyacente, recorrido en el que lo emocional tiene una importancia fundamental: no se puede prescindir en la enseñanza de los sentimientos de los alumnos, es uno de los elementos cruciales para el éxito de la educación. Por esto pienso y vuelvo a insistir en que la educación emocional es imprescindible para un docente hoy. Todo lo expresado en esta entrada es educación emocional y concebir al profesor como un líder, un líder-coach, el liderazgo transformador que necesita la escuela.