El coaching emocional en la educación, ser un buen jardinero

Resumen: Se explica que es la confianza en las personas desde el prisma de la tendencia actualizante tal como la entendía Carl Rogers. La confianza es imprescindible para establecer un proceso de coaching, también lo es de un modo más amplio en la educación, es la base que permite a las personas realizar aprendizajes significativos.

El coaching se fundamenta en la confianza en las personas. Sin esa confianza básica en la 14298455_spersona que tenemos delante, en el caso de la educación, en el alumno, no es posible realizar un proceso de coaching. En mi opinión, no es posible tampoco que sin esa confianza que cualquier alumno realice aprendizajes significativos. Es en una relación de confianza donde se realiza el aprendizaje humano. Esa confianza está en la base del coaching.

Carl Rogers entendía que en las personas existe una fuerza de raíz biológica que empuja a vencer las dificultades, conservar los logros y actualizar el potencial de cada persona, y la denominaba: tendencia actualizante. Se trata, por tanto, de una tendencia natural al desarrollo completo presente en el ser humano (y en los demás seres vivos). En su manera de entender a la persona, es la única fuerza motivacional del desarrollo humano.

Su manera de explicarlo era la siguiente: «Recuerdo que en mi niñez guardábamos nuestra provisión de patatas para el invierno en el sótano, varios pies debajo de una pequeña ventana. Las condiciones eran desfavorables, sin embargo de las patatas salían unos retoños que eran una especie de expresión desesperada de la tendencia direccional que he estado describiendo. Nunca llegarían a ser una planta, nunca realizarían su potencial real. Pero bajo las circunstancias más adversas, luchaban por llegar a ser» (Carl Rogers en “El poder de la persona”).

Y se puede decir que Y, si esta FUERZA la tiene una patata… ¿NO LA TENDRÁ UN SER HUMANO? Desde luego es muy distinto educar teniendo esta creencia o no teniéndola. Para el coaching emocional es imprescindible. Educar pensando que la persona tiene en si mismo la capacidad y la fuerza para lo que es bueno para ella es un clave. Se trata de las necesidades de la persona, necesidades que el profesor debe aprender a detectar en sus alumnos. Este esquema precisa de una fuerte dosis de empatía, de comprender la situación de la persona y sus necesidades operantes en cada momento de su existencia. Desde este prisma vamos a entender sus reacciones y su conducta dirigida precisamente por su tendencia actualizante. Por decirlo de un modo directo: se trata de la tendencia actualizante del alumno y no la del profesor, es la situación concreta y particular del alumno la que va a marcar la dirección y sentido de la tendencia actualizante. Este giro es clave tanto para el coaching como para la educación.

Por ello nuestra conclusión, como una premisa necesaria para el coaching es: Confía en la tendencia actualizante tanto de la persona como de los equipos. El coaching emocional busca precisamente la activación o desbloqueo de esa fuerza, no puedes desbloquearla si no confías en ella.

Por supuesto que la tendencia actualizante puede ser obstruida, tenemos casos delante todos los días, pero no se puede destruir sin destruir al organismo. La mejor manera de actuación de un profesor es precisamente desbloquear la tendencia actualizante, para ello tiene que entender la persona y sus circunstancias y proporcionarle el mejor terreno para crecer. Por eso la imagen del profesor es la del buen jardinero.

Ámbitos de aplicación del coaching en la educación

Resumen: Se incluye una lista de los ámbitos de aplicación del coaching en educación y además del aula aparecen los equipos directivos y los demás equipos de trabajo de la multiforme organización escolar. Se incide de modo especial en la aplicación a las tutorías con padres y alumnos. También en las necesidades del departamento de orientación. Para la atención a la diversidad y la inclusión resulta una herramienta imprescindible.

Voy a hacer una entrada muy práctica sobre la aplicación del coaching en la educación: 10122254_sdónde se aplica, que sería tanto como responder: para qué sirve el coaching en la educación.

Veamos una lista de esos ámbitos de aplicación:

1.       Dirección y Titularidad.

2.       Equipos de trabajo.

3.       Tutorías con padres y alumnos.

4.       Departamento de Orientación.

5.       Atención a la diversidad y situaciones “especiales”.

6.       Día a día en el aula: fijación y consecución de objetivos de grupo o individuales.

He dejado para el último la aplicación en el aula, que es quizá la primera idea que se tiene de aplicación en una organización educativa, para subrayar que la escuela, como organización, tiene muchos ámbitos diversos, es una organización compleja y dentro de ella el coaching puede tener aplicaciones variadas. A estas me voy referir en esta entrada, dejando el aula para otras posteriores.

La primera es la de aplicación al equipo directivo de la escuela y también, en su caso, al equipo titular de la entidad que posee el colegio y quizá otros. No hay que olvidar que el coaching nació y se ha desarrollado con los directivos de las empresas y organizaciones y los colegios también son organizaciones. En el equipo directivo, trabajando por metas con la metodología del coaching de equipos se consigue una mejora sustancial de la comunicación y detrás de ella de la eficacia del trabajo de todo el equipo directivo. Esta metodología se puede transferir a todos los equipos de trabajo del colegio.

Una aplicación especial y de gran eficacia es la aplicación a las tutorías con padres y alumnos, lo que implica una formación específica del claustro implicado. De modo específico, el cambio en las tutorías con padres transforma el centro educativo en una organización sensible al entorno y a las necesidades de los padres que acuden al centro para llevar a sus hijos. A la larga esto implica un cambio en profundidad. La aplicación del coaching a las tutorías con alumnos incide en el centro de todo el trabajo de la educación: la relación profesor-alumno. En ISIE hemos dado muchos cursos a profesores para implementar el coaching en las tutorías de padres y alumnos y es un buen punto de comienzo, práctico y útil, para implementar el coaching.

El coaching en el departamento de orientación es una herramienta necesaria y normalmente los orientadores la demandan. Tiene unas características especiales porque se pone el énfasis en relaciones individuales. Los múltiples cursos que hemos realizado en ISIE desde hace ya muchos años con orientadores avalan la validez de la herramienta.

El coaching para la atención a la diversidad es una herramienta clave ya que precisamente el coaching, especialmente el coaching emocional, es un modo de ajustarse a las necesidades particulares de cada persona. Es decir hace al docente sensible a las necesidades reales de cada uno de sus alumnos. De hecho el coaching es una muy buena herramienta de inclusión, en mi opinión particular imprescindible hoy.

Espero haber dado alguna orientación sobre las posibilidades del coaching en la escuela hoy y haber contribuido a clarificar sus aplicaciones concretas.

¿Qué es el coaching emocional?

Resumen: ¿Qué es el coaching emocional como corriente de coaching? Surge de la Terapia Focalizada en las emociones de Leslie Greenberg. Las emociones son la guía de acción. Esto permite ajustarse a las necesidades reales de la persona, tras un acuerdo entre emociones y razón: las emociones proponen, la razón decide. Es una corriente especialmente adecuada para la educación porque se basa en un desarrollo personal. La avalan muchos años de experiencia de ISIE.

Voy a responder en directo al interrogante que abre esta entrada: el coaching emocional es 14243385_suna corriente de coaching, desarrollada en ISIE, que utiliza como base de funcionamiento la Terapia Focalizada en las Emociones de Leslie Greenberg. Es un coaching que utiliza las emociones como guía para la acción, es decir, las emociones no son buenas o malas, sino agradables y desagradables y en todos los casos aportan una información que de forma muy directa apunta a nuestras necesidades. Las necesidades de la persona son así indicadas por el sistema emocional y no por el racional, algo que efectivamente se corresponde con la realidad de nuestro día a día.

Las emociones nos indican lo que necesitamos, la razón sirve para hallar el mejor modo y las posibilidades de llenar esas necesidades, pero el sistema racional no detecta las necesidades, es sencillamente un sistema reflexivo que trabaja con los datos que le aporta el sistema emocional. Con este modo de trabajo se llega a un acuerdo entre emociones y razón, entre lo que indica nuestro sistema emocional y lo que indica nuestra razón. El coaching a partir de las emociones que van aflorando en el proceso centra a las persona en sus necesidades y les hace plantearse y conseguir metas que están realmente muy ajustadas y realistas en su vida personal.

Como necesidades se encuentran las indicadas por Maslow, es decir el hombre es un ser social complejo que tiene toda una pirámide de necesidades y todas hay que tenerlas en cuenta. Estamos en psicología dentro de la corriente denominada psicología humanista, cuyos padres son precisamente Maslow y especialmente Carl Rogers. Además, el coaching emocional recoge todos los avances aportados por la escuela de estos iniciadores, especialmente, como hemos dicho, la de Leslie Greenberg, que aporta una tipología completa de las emociones y un modo concreto de gestión emocional que se denomina Proceso Emocional Básico.

De este modo se estable todo un sistema de gestión de las emociones, que a la vez que son respetadas como el centro de nuestro sistema psíquico, constituyen el motor de la motivación para el cambio que el coaching implica. En ISIE entendemos que sin conexión con las propias emociones no hay motivación real, no en vano el término emoción procede en su raíz latina de motio/motionis movimiento. La razón no proporciona en si misma motivación, a no ser que las razones se encuentren precisamente en línea con lo que la persona necesita y esto, como ya he dicho, lo indican las emociones.

Con todo lo dicho el proceso de coaching emocional es un proceso donde además de dirigirse a metas reales en la vida de la persona, esta inicia un camino de desarrollo personal, no solo consigue metas ajustadas a sus necesidades, sino que aprende a conocerse, a gestionar sus propias emociones, y a conocer sus necesidades reales como la persona que es. En resumen emprende un camino por el que desarrolla su autoconocimiento y sólidamente asentado en este, emprende un camino de potenciación de sus capacidades.

Este sistema de coaching emocional entendemos que tiene una aplicación específica para la educación, aunque no es la única ni puede encerrarse en ese campo. Para la educación resulta especialmente adecuado debido a la unión entre desarrollo personal y consecución de metas, algo que es una de las necesidades más profundas del mundo de la escuela. Lo llevamos aplicando ya muchos años en este terreno y la experiencia no puede ser más positiva.

¿Cómo se aplica el coaching en la educación?

Resumen: el coaching cumple las condiciones de la escuela. El coaching tiene dos elementos esenciales que se encuentran siempre presentes: un desarrollo de personas y un objetivo claro La escuela por su parte también tiene un objetivo, el aprendizaje de los alumnos, y un camino para llegar, un camino que implica el desarrollo personal del alumno. Cuando se aplica el coaching en educación es necesario un cambio de roles: activo del alumno, de guía del profesor. Se trata de un cambio en profundidad que debe dar el conjunto del equipo docente para poder aplicar de verdad el coaching y que este sea eficaz. Hay que elegir cuidadosamente la corriente de coaching más adecuada al centro educativo y qué profesionales van a formar a los docentes. En el ISIE desde hace ya más de 10 años llevamos desarrollando un enfoque de coaching que denominamos coaching emocional y lo hemos aplicado con éxito en la educación.

¿Cómo sería la aplicación del coaching del que hemos hablado en la entrada anterior en la 19802188_sescuela? Como podemos ver con facilidad, el coaching cumple las condiciones de la escuela, se ajusta como un guante a esta. El coaching tiene dos elementos esenciales que se encuentran siempre presentes: un desarrollo de personas y un objetivo claro hacia el que caminar y en cuya consecución se van a desarrollar esas capacidades.

La escuela por su parte también tiene un objetivo, dicho de un modo genérico, el aprendizaje de los alumnos, y un camino para llegar, un camino que implica el desarrollo personal del alumno. Para llegar a ese objetivo el alumno debe desarrollar una serie de capacidades personales, debe desarrollar su potencial y activar sus recursos si quiere llegar a la meta, el aprendizaje. SE comprueba que hay una coincidencia al menos en la presencia de los dos elementos esenciales del coaching, luego parece que a priori es posible aplicar el coaching en la educación.

Sin embargo, esta es la letra gorda, que indica que hablando de modo genérico escuela y coaching ajustan, incluso parecen hechos el uno para el otro. ¿Cuál es la letra pequeña? La letra pequeña se refiere al modo como se imparte la educación hoy y a cómo se entiende un proceso de coaching. En el proceso de coaching, como se entiende bien por el ejemplo del deporte, el protagonista absoluto es el alumno, el entrenador, el coach no sale al campo a correr, sale el alumno. Esto implica, cuando se aplica el coaching en educación un cambio de perspectiva en lo que voy a llamar educación tradicional, donde el protagonista es el profesor y el alumno tiene el papel de seguir al profesor, aprender lo que este enseña. Si se aplica el coaching en la educación, los roles tradicionales se invierten y el profesor pasa a ser un entrenador, alguien que vigila el rendimiento y que proporciona estrategias, y el alumno se convierte en el gestor de esos consejos, en quien debe aplicarlos según sus capacidades, desarrollando estas.

En los últimos años y en algunas corrientes pedagógicas desde hace ya tiempo, se está dando esta inversión de roles que hace variar radicalmente el rol del profesor. Evidentemente en este caso el coaching ajusta perfectamente y es una herramienta para desarrollar esta línea. Sin embargo, si esa inversión de roles, activa del alumno, de guía del profesor, no se realiza, el coaching no es útil en la enseñanza, porque no encontraría las condiciones básicas necesarias para ser aplicado.

Lo que llevamos dicho implica como bien se puede suponer un importante cambio de paradigma en el equipo docente y también una intensa formación que va en contra de algunas rutinas aprendidas y heredadas durante muchos años. Se trata de un cambio en profundidad que debe dar el conjunto del equipo docente para poder aplicar de verdad el coaching y que este sea eficaz.

También hay que elegir cuidadosamente la corriente de coaching más adecuada al centro educativo y qué profesionales con experiencia van a formar a los docentes. En el ISIE desde hace ya más de 10 años llevamos desarrollando un enfoque de coaching que denominamos coaching emocional y lo hemos aplicado con éxito en la educación, a la que nos parece se ajusta perfectamente. Pero de esto hablaré en una entrada posterior.

Quedan muchas cosas en el tintero y prometo escribir sobre coaching emocional, para ir rellenando esas lagunas, espero que esta entrada del blog sirva como aperitivo y haya puesto algunas premisas para entender en qué medida es posible aplicar el coaching en la escuela.

¿Qué es el coaching?

Resumen: ¿Qué es el coaching? Ejemplo del entrenador de deporte y 2 citas. Elementos básicos del coaching: un desarrollo de capacidades y un objetivo. 5 puntos sobre el proceso de coaching. Principales corrientes del coaching hoy. El Coaching Emocional de ISIE.

El coaching es una disciplina que se ha abierto paso aceleradamente en los últimos años, lo 13845730_sque nos indica que ha llegado a cubrir un hueco, una necesidad, de algo que era necesario y que se encontraba sin cubrir. En la educación también está abriéndose un lugar, de modo que se le encuentran múltiples posibilidades.

¿Qué es el coaching? Comienzo con una explicación de Rafael Echevarría que es también una explicación del origen del coaching: «El coaching nace en el campo de los deportes (…) El coach deportivo se hace cargo de un deportista o de un equipo, planteándose como objetivo alcanzar en ellos niveles máximos de desempeño (…) El coaching como disciplina genérica busca llevar a terrenos diferentes el tipo de resultados que, en su campo, generaba el coach deportivo». No conocemos equipo de futbol o de baloncesto, incluso de los muy pequeños sin su entrenador. Coach significa precisamente eso entrenador. Con un objetivo concreto, el entrenador busca que sus jugadores sean capaces de dar el máximo rendimiento.

El rendimiento que busca el coaching no se encuentra ya en el ámbito físico-deportivo, sino en cualquier ámbito que implique el desarrollo personal y de las capacidades de las personas. En palabras de Viviane Launer, que ha sido la primera presidenta de la International Coach Federation en  España, coaching sería: «El arte de facilitar el desarrollo potencial de las personas y de los equipos para alcanzar objetivos coherentes y cambios en profundidad». Aparecen los dos elementos: un desarrollo de capacidades de las personas y un objetivo, ambos elementos esenciales del coaching, y que siempre están presentes. Tenemos un desarrollo de personas y tenemos un objetivo claro hacia el que caminar y en cuya consecución se van a desarrollar esas capacidades. El objetivo indicaría un camino y recorrer ese camino hace que se desarrollen unas capacidades concretas. Ya tenemos el coaching definido.

Con lo dicho hasta ahora, voy a hacer un resumen en 5 puntos de lo que sería un proceso de coaching, puntos que sirven para la gran mayoría de las escuelas de coaching:

  1. El Coaching es un proceso.
  2. Está relacionado con el desarrollo individual o grupal, no se trata de simple información.
  3. Trata de que se cubra el vacío entre donde se está y donde se quiere llegar a estar, entre lo que se es y lo que se quiere y se puede llegar a ser.
  4. Trata de la fijación y consecución de metas activando y/o desarrollando los recursos de la persona.
  5. Se trata de ir más allá de donde solemos ir, de desarrollar el potencial, de alcanzar mayores niveles de desempeño.

Existe ya una amplia gama de enfoques del coaching, Ontológico, Co-activo, Sistémico, con PNL, Modelo anglosajón, Integral, Transformacional, cada corriente tiene sus características y sus posibilidades. Por esto es necesario, antes de emprender un proceso de coaching y sobre todo antes de aplicarlo en la escuela, escoger el enfoque y los profesionales con experiencia más adecuados a nuestras necesidades y enfoques, tanto personales, como de la organización. En ISIE hemos desarrollado un enfoque que denominamos «Coaching Emocional», tenemos ya muchos años de experiencia y en nuestra experiencia es especialmente adecuado para aplicarlo en la educación. De esto hablaré en entradas sucesivas.

Las necesidades se detectan por la carencia

Resumen: las necesidades se detectan por la carencia. Esto tiene una correspondencia en que las emociones desagradables tienen un fuerte carácter tendencial y son muy específicas. Las agradables no tienen ese carácter tendencial tan agudo y pertenecen a la familia de la alegría.

Hay un hecho importante en la dinámica de la gestión emocional que quiero poner de 14349772_srelieve en esta entrada. Cuando hablamos de gestión emocional no hablamos sencillamente de gestionar las emociones, sino satisfacer las necesidades que esas emociones detectan. Detrás de cada emoción primaria hay una necesidad. Una buena gestión emocional satisface las necesidades.

Ahora bien las necesidades se detectan por la carencia. Es más necesidad significa precisamente eso: carencia de algo importante, algo que se necesita. Esto implica que la carencia es agudamente detectada por el sistema sensitivo-emocional y la presencia, es decir la necesidad satisfecha no tiene ese mismo aspecto agudo, tendencial que tiene la carencia. Esto es sencillo de ver, tenemos muy claro cuando tenemos hambre y cuando hemos comido en realidad nos quedamos tranquilos y podríamos detectar ese sentimiento de satisfacción-tranquilidad, aunque muchas veces nos va a pasar desapercibido. Hasta que de nuevo la sensación de hambre nos movilice. Igual que con el hambre sucede con las demás necesidades, desde las básicas a todas las demás. Por eso somos bien conscientes si necesitamos beber, o respirar o movernos y también cuando sentimos miedo (carencia de seguridad) o enfado (al algo o alguien que sentimos ocupa nuestro territorio o nuestros derechos).

Seguramente esta característica está en la base del ser intranquilo que es el hombre, siempre en busca de lo que no tiene, con dificultad satisfecho. Algo que podemos entender bien si consideramos todo ese conjunto estructurado de necesidades que Maslow propone en su famosa pirámide. En cuanto hemos satisfecho unas necesidades otras aparecen y nos movilizan. Esto se incremente si tenemos en cuenta además los vaivenes de la vida y lo que ya habíamos conseguido aparece una crisis y de nuevo inquietos asegurando necesidades que ya parecían seguras.

Esto apunta también a una característica curiosa que llama mucho la atención en la gestión emocional: las emociones desagradables son variadas y específicas. Las emociones desagradables lo son, precisamente para movilizarnos, para decirnos que no estamos bien donde estamos, que tenemos que buscar llenar nuestra necesidad. Son necesidades con un aspecto tendencial marcado. Estamos hablando de las siguientes emociones básicas: miedo, enfado, tristeza, asco

Las emociones agradables no son tan variadas, pertenecen todas a la familia de la alegría (como emoción básica): estar contento, ilusionado, encantado, satisfecho… y pierden ese aspecto específico tendencial de las desagradables: inspiran tranquilidad, paz, serenidad, etc. estados emocionales que no tienen ese aspecto tendencial dirigido a conductas específicas.

Entre las emociones básicas solo hay una, la sorpresa que puede ser agradable o desagradable, aunque en mi percepción cuando se vuelve agradable es que ha derivado hacia la alegría (u otra emoción de la familia de la alegría) y cuando se vuelve desagradable es que ha derivado las mayor parte de las veces al miedo, y sino al enfado (o a sus respectivas familias)

Bueno, espero haber contribuido positivamente a una mejor comprensión de las emociones y de su estructuración y función y especialmente a la constatación de que las necesidades se detectan por la carencia, algo que debemos tener muy presente en cualquier gestión emocional.

ANTHROPOS, el programa ISIE de educación emocional

Resumen: ANTHROPOS es un programa completo de implementación de la educación emocional en un centro educativo. Se describen someramente las condiciones del programa y las distintas etapas que marcan su desarrollo.

En ISIE hemos elaborado un programa para implementar la educación emocional en los anthropos ppcentros educativos: colegios, escuelas y también otras entidades de educación. En el programa se condensa la experiencia de 10 años de formación en educación emocional que ya tiene ISIE. Durante estos años algunos miles de profesores han pasado por nuestra formación, también hemos implementado programas de trabajo en climas de aula y en innovación pedagógica y didáctica de los equipos docentes.

Es un programa flexible tanto en plazos como en ser capaz de adaptarse a distintas condiciones y dimensiones de los centros educativos. Por ello, para poder adquirir su forma definitiva necesita el trabajo conjunto del equipo ISIE con el centro educativo. Nuestra experiencia nos dice que la estrecha colaboración y gran compromiso entre el centro educativo y cada uno de sus órganos y el equipo ISIE es uno de los elementos imprescindibles para hacer que el programa avance.

Cambiar modos de relación ya establecidos y fuertemente radicados por muchos años de funcionamiento es el reto principal del programa. La relación docente-alumno, y detrás todas las demás relaciones, es lo que constituye el principal centro de atención de la educación emocional. Nuestra creencia fundamental es que eso se realiza con un incremento radical del bien del alumno, del aprovechamiento de sus años de escuela, y de su integración social en sus varias dimensiones. Se trata de una orientación real a una formación integral.

Una de las condiciones que consideramos clave es que cada profesor del centro se vaya incorporando libremente al proceso, y se arbitran vías para que esto sea posible. Esto es coherente con los objetivos del programa, ya que, en su base se encuentra un fuerte respeto por cada alumno y por cada persona y por sus capacidades personales y su propia responsabilidad y libertad en sus procesos personales, sociales y de aprendizaje. Este respeto encuentra en el programa multitud de vías prácticas para hacerse efectivo.

Para implementar la educación emocional en una escuela hemos dibujado 3 etapas, que se exponen a continuación de un modo bastante genérico:

LOGO DEF4La primera es la etapa «despierta». En ella el objetivo central es el desarrollo de la competencia emocional docente. Sus contenidos formativos se dirigen a que profesores y maestros adquieran un contacto emocional básico y unas estrategias básicas de gestión.

A la segunda etapa la denominamos «origen». El objetivo que define esta etapa es la implementación de la educación emocional en el aula, con atención específica a las tutorías y al departamento de Orientación. También se realizan las adaptaciones curriculares atendiendo la parte emocional (motivacional del alumno). Es una fase de aprendizaje práctico y de implementación tutorizada.

La tercera etapa se denomina «camina». En esta, los objetivos son de excelencia y calidad emocional educativa. Es una etapa de profundización y consolidación, donde se atiende a la calidad de la educación emocional que se está proporcionando. También se dan formaciones específicas en educación emocional, como puede ser gestión del conflicto, liderazgo, etc., de forma que se complete la formación de los docentes. Su objetivo final es que el centro educativo sea autónomo en su gestión del programa de educación emocional.

Cada etapa viene marcada por una evaluación. Previamente se han  constituido los indicadores necesarios para cada `poder evaluar la consecución de objetivos. La evaluación constante es una de las características del programa.

Evidentemente quedan muchas cosas en el tintero sobre el programa, pero espero que lo expuesto sirva para hacerse una idea y tener la seguridad de que existe ya un programa completo en español, contrastado y probado que permite aplicar a todo un centro educativo la Educación Emocional.

Los programas USA de Educación Emocional: ¿qué se busca?

Existe una guía, CASEL GUIDE 2013, elaborada con el apoyo por dos fundaciones, que 6125023_srealiza anualmente un estudio de los programas de educación emocional vigentes en las escuelas USA. Para todos los centros que quieran implementar un Programa de Educación Emocional contiene indicaciones valiosas sobre las condiciones que deben cumplir esos programas.

Por ejemplo en el modo en que el programa es implementado la guía indica 3 requisitos:

  1. Que la Educación emocional llegue al aula
  2. Que el Programa de Educación Emocional se halle integrado en la programación curricular de aula
  1. Que contenga los modos prácticos para que los docentes adquieran Competencia Emocional práctica.

El objetivo del programa es el promover  las competencias emocionales en los alumnos. Utiliza para ello el desarrollo de competencias realizado por Salovey y Mayer, que divide estas en cinco áreas, a las que añade una insistencia en el cambio en las actitudes y creencias:

1) promover en los estudiantes:

–      Autoconocimiento emocional,

–      Autogestión emocional,

–      Conciencia social,

–      Gestión de las relaciones,

–      Y habilidades para una toma de decisiones responsable;

(2) Mejorar las actitudes y creencias de los estudiantes sobre si mismos, los demás y la escuela.

Sin embargo querría hacer el énfasis en qué resultados indica la Guía como indicativos de un buen Programa de Educación Emocional. Resultados no son exactamente objetivos, se trata de aquellos indicadores que mejoran con el programa, aunque no formen parte de modo directo de los contenidos de este. Según la Guía esos resultados son:

  1. Conducta social positiva
  2. Disminución de los problemas de conducta
  3. Menor nivel de conflicto emocional
  1. Éxito académico

La primera observación, idea en la que ISIE coincide plenamente, es que el programa no va dirigido sencillamente a incrementar el éxito académico, aunque se constate efectivamente una mejora en este. Esto quiere decir que la Educación Emocional no es sencillamente una herramienta que se emplea como instrumento para mejora lo que sería en realidad, de un modo reductivo, la finalidad de la escuela: el éxito académico. No es así, la Educación Emocional responde a una idea mucho más amplia, en realidad una idea global de lo que es el ser humano y este evidentemente no se puede resumir en su éxito académico.

La segunda observación es que la guía hace una definición en negativo de esos resultados. Esto proviene de que muchos de esos programas se han desarrollado en USA para lidiar precisamente con problemas de conflictos de relaciones, incluyendo violencia, en la escuela, carencias de inserción social, etc. Sin embargo a mí me parecería más oportuna una definición en positivo de esos resultados. Como por ejemplo, sin tratar de ser exhaustivo,: mejora de las relaciones, de la capacidad de trabajo en equipo, de la integración con los iguales y con la sociedad, mejora de las capacidades de comunicación y de expresión de las propias opiniones y sentimientos, incremento de la autoestima, respeto por los demás, etc. Esto para los alumnos y para los profesores: herramientas eficaces para una educación inclusiva, mejora del manejo de las situaciones de aula, y de la relación individual, énfasis en el bienestar del profesor como elemento clave, etc.

Desde nuestro punto de vista, sin perder la idea central de que el alumno es el objetivo central de la educación, hace falta un mayor énfasis en el profesor como instrumento clave para ese objetivo. Para la Educación Emocional, tal como la practica ISIE, el profesor es el principal instrumento y por ello pone un énfasis especial en cuidar ese instrumento y su bienestar.

Decidir lo que hay que sentir

Resumen: hay dos corrientes de interpretación de la inteligencia emocional, decidir que hay que sentir y aceptar lo que se siente. Cada una responde a un modo de concebir la persona diverso. Quien decide que hay que sentir es una cabecita pensante y decididora. Quien acepta lo que siente es una persona con cuerpo en contacto con su suelo, con su realidad. Esta última es la línea de ISIE.

Hay toda una corriente de inteligencia emocional que entiende que somos capaces de 15743954_sdecidir en cada momento lo que queremos sentir. En mi opinión se trata de una mala comprensión de la psicología positiva, pero que se haya muy extendida. Es una especie de optimismo contagioso que dice que podemos elegir que sentir en cada momento, especialmente podemos decidir, en los momentos en que experimentamos sentimientos desagradables, dejar de sentirlos, que eso depende de nosotros, que si nos seguimos sintiendo mal es porque no hemos querido salir de ese sentimiento, que dejar de sentir en “negativo” depende de nosotros.

Esta idea está también bastante extendida en la cultura de relación habitual y, por poner un ejemplo corriente, cuando un maestro se encuentra un niño llorando, le sale natural el: «¡No llores! Vamos a ver qué pasa». Y el maestro dedica sus esfuerzos a que el niño o niña deje de llorar, y cuando lo consigue se queda tranquilo.

Bueno pues, los dos casos que he expuesto tienen algo en común, en ambos hay alguien que decide cómo hay que sentir. Es decir, no se acepta la emoción desagradable y se sustituye por una agradable. Lo que pasa es que no se califican así sino positiva y negativa. Es decir se hace una identificación entre negativa y desagradable y entre positiva y agradable. Esta es la segunda gran falacia (que merece una entrada que prometo dedicarle), que se une a la de que efectivamente podamos decidir qué sentir.

Vamos por partes. Lo que sentimos en cada momento depende de nuestro sistema emocional, de nuestra sensibilidad, tanto la que se refiere a los sentidos, como a su elaboración y valoración interna que son las emociones y sentimientos. La razón, esa instancia decisoria y que nos hace creer que estamos por encima y podemos decidir sobre nuestros sentimientos, en realidad trabaja sobre la experiencia, sobre las vivencias acumuladas. La verdad es que también acumula etiquetados, nombres que le hemos puesto a cada cosa, a cada suceso que nos ha ocurrido, a cada aprendizaje. Pero es un gran error pensar que es totalmente independiente de lo que sentimos, que puede decidir autónomamente, sin partir de los datos que le da el sistema emocional: sensaciones, emociones y sentimientos. Pensarlo o, lo que es peor, actuar así es desconectarse de la realidad, o si se quiere de modo más concreto de nuestro suelo, de nuestra experiencia, de todo lo que nos ha pasado y nos está pasando también ahora, y decidir sin contacto con la tierra que pisamos. Esta es la primera gran falacia y como tal falacia, irrealizable.

Lo que sentimos tiene un contacto muy importante con la tierra, con nuestro suelo, con lo que nos pasa en realidad, por lo que si estamos enfadados es que alguien ha pisado un terreno que consideramos nuestro. El enfado nos indica eso, por eso si alguien nos dice: «¡No estés enfadado! ¡No vale la pena!», en realidad no nos soluciona nada, o mejor apela a nuestra razón para que decida no sentir el enfado, pero el sistema emocional va a seguir tozudo sintiendo que alguien ha pisado nuestro terreno, algo que consideramos propio.

Esa emoción, el enfado, apunta a una necesidad, en modo resumido: que se respete lo que es nuestro, y decidir que ya no es nuestro o que no nos enfada que nos lo quiten, no va a servir de nada. Si el sistema emocional sigue percibiendo que nos siguen pisando el terreno, va a seguir enviando oleadas de irritación que van a negar el esfuerzo de la razón de que tal enfado no existe, de que estamos y nos sentimos bien, de que es solo una emoción negativa y que somos capaces de quitarla porque lo hemos decidido así.

En el fondo, si se piensa bien, detrás de ambas concepciones, la que decide qué sentir y la que acepta lo que se siente, hay dos ideas diferentes de la persona humana. En la concepción en la que decido qué sentir, en realidad no somos más que una razón que decide, una cabecita pensante, un sujeto etéreo, en el aire, al que no le pertenecen las emociones y sentimientos, que son algo externo que más bien se sufre y sobre lo que se puede decidir, igual que se puede decidir estar sentado o de pie, o comer una manzana o una pera. La concepción que acepta lo que siente es una visión del sujeto que lo integra con sus emociones, sentimientos y sensaciones, estas son parte del sujeto. Se trata de una persona más en contacto con la realidad de su experiencia, con su suelo, con lo vivido, en resumen: con nuestro cuerpo, somos seres con cuerpo, no espíritus puros.

Quedan muchas cosas que decir y matizar sobre este tema, por lo que no creo terminarlo aquí, pero lo escrito me parece suficiente para una entrada. Prometo seguir esta reflexión con vuestras aportaciones en otras posteriores, porque me parece muy importante a día de hoy, pues está haciendo daño a la inteligencia emocional, al meter a las personas en caminos que no se pueden recorrer y conseguir de hecho muchas frustraciones y desilusiones.

Los profesores y el trabajo en equipo

Resumen: En una sencilla dinámica de equipo los participantes deben apretarse, los de empresa lo hacen con facilidad, los de escuela con bastante mayor dificultad. Parece estar dentro de la mentalidad organizativa de la escuela disponer de un espacio propio inviolable. Cambiar esta mentalidad tan arraigada resulta complicado.

En el ISIE tenemos la experiencia de trabajo en clima y cohesión de equipo en los claustros de los 18421778_scolegios. Me gustaría reseñar una observación simplemente para ponerla en el debate. Se trata de una percepción realizada tras bastantes veces de realización de una misma dinámica, dinámica que he visto realizar múltiples veces tanto por equipos de profesores como por equipos de empresa.

La dinámica es muy sencilla y su dificultad estriba sencillamente en que, para resolverla, los participantes deben físicamente apretarse, sin este requisito no es posible resolver el ejercicio. Lo significativo, y esta es mi observación es que en empresa los participantes se agrupan rápidamente, y se aprietan mucho más que los equipos de escuela, y por tanto resuelven con mucha más rapidez y eficacia el ejercicio.

La percepción es que, hablando en general, a los profesores les cuesta mucho más ceder el espacio de alrededor, incluso en un contexto de trabajo en equipo. Parece parte integrante de la mentalidad del profesor el ser poseedor y dueño de un espacio propio, espacio del que disponen según les parece y encuentran fuera de sitio que los demás se lo ocupen. Para resolver la dinámica, por así decir, entablan conversaciones cuando se percatan que hay que apretarse y poco a poco se ponen de acuerdo, no sin resistencias y bromas, en ceder ese espacio.

El reflejo del facilitador en esta dinámica proyectiva es: «¿Qué os impide ceder el propio espacio?». La percepción es que lo tienen interiormente asimilado como propio. Mi explicación es que durante mucho tiempo el profesor ha sido el dueño de un aula, de una clase, y ese espacio era su responsabilidad, las demás instancias del colegio estaban para ayudarle a atender mejor su clase, pero no podían interferir. Es decir durante muchos años, llegando hasta las raíces mismas de la constitución de la escuela, los profesores se han organizado como pequeños reinos independientes cada uno en su aula. A esa cultura de trabajo se incorporan aún hoy, es algo que está metido muy hondo en la escuela.

En muchas ocasiones, tanto por parte de comunidades educativas, como de profesores singulares, ya se ha llegado a la conclusión de que hay que cambiar, que no se puede seguir enseñando con culturas organizativas del siglo XIX. Sin embargo, cambiar mentalidades, y máxime cuando están tan arraigadas, resulta difícil, y encuentra muchas resistencias, que los profesores no saben ni siquiera de donde proceden.

Debido a esto los caminos de la innovación de la escuela resultan complicados. Este que señalo es solamente una de las dificultades. Por indicar alguna más, puedo decir que la comparación que establezco en la entrada entre escuela y empresa es otro punto que genera resistencias. La escuela se concibe como un espacio muy diferente a la empresa y la simple comparación parece que lleva a una asimilación, que es explícitamente rechazada en muchos casos. Pero bueno, esto debería ser ya el tema de otra entrada diferente: ¿en qué se parecen escuela y empresa y en qué puede ayudar a la escuela la mentalidad organizativa de la empresa?