El silencio (interno) para la escucha

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En la escucha, si queremos atender también a las emociones, el silencio ocupa una posición destacada. El silencio es una herramienta importante en la gestión emocional y quiero destacar su importancia. Desde luego el silencio es una incisiva herramienta de comunicación.

En primer lugar si estamos muy activados, tanto sea emocionalmente porque hay acontecimientos que nos están afectando o porque estamos inmersos en una dinámica de prisa, por ejemplo debido al trabajo, es casi imposible escuchar.

En segundo lugar porque el procesamiento emocional es más lento que el racional, se necesita pausa para darse cuenta de qué es lo que estamos sintiendo. Por eso hacemos silencios cuando hablamos conectados con nosotros mismos, si ese silencio se interrumpe el proceso y nuestra atención se va hacia la interrupción. Es decir la otra persona necesita que no la interrumpamos cuando está elaborando sus emociones.

Hay un tercer elemento: Normalmente estamos educados a intervenir, nos parece casi un elemento de educación acudir en auxilio de alguien que parece haberse quedado sin palabras. Nos ponemos nerviosos ante el silencio. Hay que conocerse y trabajarse esos nervios, esa intranquilidad para dejar su espacio a los demás, que no se sientan urgidos a contestar, que puedan tomarse su tiempo para contestar. Esto solo redundará en que la conversación se hará más profunda.

Por eso desde el punto de vista práctico me atrevo a dar 3 indicaciones para hacer el silencio dentro de nosotros y poder escuchar a otra persona:

  1. Antes de comenzar una conversación en la que queremos escuchar de verdad, dedicar un momento de tiempo a relajarnos, a parar nuestra propia actividad, tanto interna como externa, como una pequeña cámara de descompresión emocional. Normalmente basta con tomar unas cuantas respiraciones tomando conciencia de la respiración.
  2. Dejar hablar… no anticiparnos y poner nuestras palabras. En este caso nuestros pensamientos se anticipan al otro y no escuchamos. Sencillamente no estar pendiente de contestar, de rebuscar en nuestra cabeza la respuesta o el consejo. La escucha es el momento del otro, no de nuestros consejos, ni de nuestras ideas, ya llegará ese momento si es necesario.
  3. Esperar, aguantar el silencio, cuando la persona no contesta inmediatamente, otorgar un tiempo de silencio reprimiendo la propia necesidad de una respuesta. El silencio pone ante la necesidad de contestar. Es necesario entrenar este punto.

La escuela de la escucha (La Educación emocional)

Si se me preguntara cuál es la característica que distingue una escuela en la que se ha implementado la educación emocional, diría que sería fácil darse cuenta porque la escuela se ha convertido en la escuela de la escucha. Los profesores escuchan a sus alumnos, han aprendido a escucharles y detrás de esa escucha, el alumno adquiere el protagonismo en su aprendizaje y el profesor a respetar el recorrido singular de la educación en cada persona.

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Escucha activa

Sigo con la publicación de esos materiales que son básicos para entender la escucha emocional ya que hoy se trata precisamente de la escucha activa. Lo publico con la idea de que os sirva a todos los que pretendéis escuchar cada día mejor, comunicar de una forma más significativa.

Se trata de material para uso privado. Su uso comercial está reservado a ISIE.

Escucha activa

Los absolutos gramaticales y la comunicación

Resumen: Para la escucha es importante tener en cuenta los absolutos del lenguaje. Estos denotan al sujeto y no tanto a la realidad, sus creencias y su situación emocional.

Voy a hablar de un elemento que es importante tener en cuenta en la comunicación, en 15640627_sconcreto en la escucha. Especialmente resulta valioso para la escucha del coaching. Se trata de los absolutos que aparecen en una conversación.

Hay absolutos en el lenguaje cotidiano, aparecen aquí y allá en las conversaciones. Entiendo por absoluto aquellos términos que no pueden ser dimensionados en la práctica, ya que no pertenecen a una experiencia personal, es decir, no son elaboración de una vivencia. Un ejemplo sencillo es «siempre». No hay una experiencia para «siempre», nadie ha vivido algo que se pueda calificar de «siempre». Como máximo siempre abarca la duración de la vida de quien habla. Esa es la mayor duración posible de siempre en nuestra real experiencia personal. Por eso la expresión «te querré siempre» hay que entenderla, y así la entendemos, como dentro de mi experiencia del tiempo, es decir, dentro de nuestra vida, que claramente no es «siempre».

Términos absolutos son también: nunca, ninguno, nadie, solo, nada, ningún, todos, imposible … En algunas ocasiones no lo son, por ejemplo: «no ha venido nadie», aunque este es un uso del lenguaje en español que no se corresponde con la lógica, se debería decir: «no ha venido alguien», para evitar la doble negación que equivale a una afirmación en lógica.

No tenemos experiencia de siempre, ni de nadie, … Tampoco tenemos experiencia de: «todos los españoles…», ni de muchos otros «todos» que utilizamos…

Cuando esos términos aparecen en una conversación, en una comunicación, al no poder referirse a la experiencia de quien se expresa, se refieren a su idea del mundo, de cómo es la realidad para él, a su percepción. Por ejemplo: «Siempre llegas tarde», obviamente se refiere a una absolutización de lo percibido. «Siempre» se refiere a un tiempo limitado, como es obvio, pero apunta a que la persona que lo utiliza absolutiza la experiencia, la hace universal y única. Está poniendo un énfasis subjetivo en la conversación, no está aludiendo a un tratamiento estadístico. Lo mismo se puede decir por ejemplo de la expresión: «solo comes chocolate».

Algunas situaciones emocionales, por ejemplo el enfado, tienden a producir esos términos, ello se debe a la rigidez que establece en la percepción.  El enfado centra la atención en el obstáculo encontrado por ello el pensamiento se hace rígido y absolutiza lo que está pasando desde el punto de vista del sujeto que habla, en relación con la dificultad que percibe. Al sujeto solo le interesa el aspecto en que se fija y lo demás desaparece de su percepción. Es una absolutización de un aspecto desde el punto de vista de quien habla.

Otras veces los absolutos denotan creencias del sujeto, por ejemplo en expresiones como: «todos los rumanos son unos mafiosos». Evidentemente la persona que se expresa así no conoce a todos los rumanos, luego no está expresando una verdad en sentido estricto, está más bien hablando de alguna experiencia intensa que ha provocado una reacción emocional que ha generalizado. Esta generalización es emocional, es decir se refiere a la postura y necesidades del sujeto más que a la realidad externa que expresa la lógica: no se refiere a los rumanos en su totalidad, como mucho a algunos que no serán ni siquiera estadísticamente relevantes en relación con su número total. La expresión apunta a una necesidad de protección del sujeto con respecto a los rumanos, detectada emocionalmente en alguna experiencia negativa, no es una proposición verdadera en sí misma.

Se puede decir por tanto que en la comunicación hay aspectos que se refieren a la experiencia, y otros que se refieren al sujeto, a cómo vive este la experiencia de la que está hablando. Los aspectos subjetivos son emocionales. «Nunca bajas la basura» básicamente indica que para quien habla hay un reparto de la bajada de basura que vive como injusto, y su frase no es denotativa, es intencional: pretende cambiar lo que sucede. Los aspectos que se refieren a la experiencia son denotativos, los que se refieren al sujeto que habla son intencionales: pretenden un cambio en lo que está sucediendo. Recogiendo ejemplos puestos, si digo «solo comes chocolate» es porque pretendo cambiar esa situación o al menos me gustaría que cambiase porque la valoro negativamente. Lo mismo sucede con «siempre llegas tarde», cuando se expresa esa frase es porque se pretende cambiar la situación, es intencional.

Luego los absolutos del lenguaje, esta es la conclusión, denotan principalmente al sujeto y son intencionales, buscan cambios. Para las actitudes de escucha es importante detectarlos porque son la clave para mantener la conexión con el sujeto que habla, quien con esas frases está mostrando, su valoración emocional de la situación, su punto de vista personal sobre la situación, a veces también como hemos visto, su rigidez que trasluce de nuevo su situación emocional

Empoderamiento

Resumen: El empoderamiento es el poder de la persona que habla desde el centro que es ella misma. Sin empoderamiento se pierde el centro personal como sujeto (no existe otro centro posible para la persona) y con ello el contacto con la propia sensibilidad: sensaciones, emociones y sentimientos. El proceso de coaching emocional se podría definir en términos de empoderamiento tanto con adultos, como el coaching con niños y adolescentes.

El empoderamiento significa hablar desde el yo quiero, también desde lo que me gusta, lo 14786895_sque significa tanto como manifestar que se posee la propia vida. Habla desde la propia vida confiere mucho poder a la persona. El proceso de coaching emocional se podría definir como un proceso de empoderamiento. Este es el prisma que quiero utilizar en esta entrada.

De vez en cuando nos encontramos personas que hablan desde un descentramiento del sujeto, hablan básicamente desde otros y su lenguaje suena como una renuncia al propio poder como sujetos: hablar desde fuera del sujeto que somos. Son personas cuyo lenguaje denota poca atención a sí mismos, ya que la atención está puesta en lo que necesitan los demás, y por ello suenan como que se encuentran a merced de los demás. En el plano de la acción, de la conducta, son personas que no encuentran un rato para dedicar a pequeñas acciones para su propio disfrute: ir al gimnasio, ir a una actividad que les gusta, a cuidarse, siempre están en cosas que llenan necesidades de los demás, siempre se encuentran dispuestos ayudar y están disponibles para servir a los demás.

Estas personas suelen tener una lista de deberías: actúan desde lo que deben hacer, no desde lo quiero y menos desde me gusta. Esto les lleva a ir progresivamente adquiriendo la sensación de no tener una vida propia, de que la propia vida les está pasando por delante utilizada en servicio de otros.

Esto a no ser que se encuentren muy desensibilizados por una larga educación en esos deberías. Esta desensibilización es más común en mujeres, cuya educación tradicionalmente conllevaba una desensibilización del enfado y por tanto pueden encontrar muchas dificultades para expresarlo, incluso para detectarlo.

Así se configura una dependencia emocional de los demás que puede llegar a expresar que se encuentran a gusto con cómo están, que no expresan malestar.

Las habilidades o metas parciales que hay que conseguir en el proceso de coaching son la asertividad, la capacidad de expresar los propios límites con naturalidad, superar el miedo a no ser capaz, la dificultad para expresarse en términos de yo necesito, el autoconocimiento para escucharse a sí mismo.

El objetivo final es tomar conciencia de sí mismo y expresarlo al entorno. Recomponerse como persona, como una persona empoderada, como un sujeto con su propio poder.

Empoderarse sería por tanto hablar desde el propio cuerpo, desde las propias necesidades y relaciones, de modo que la persona sepa hacerse cargo de las propias sensaciones, emociones y sentimientos y en último término de la propia vida y así poder ser libre.

Escucha global

Resumen: La escucha activa tiene siempre algo de superación de los propios límites, por ello no es sencillamente una técnica, necesita una actitud de apertura a lo nuevo, a lo desconocido a lo que excede nuestra experiencia personal. Por esto le llamo escucha global.

En los últimos años cuando veo entradas sobre escucha activa me da la impresión de que 6580261_scada vez más se reduce a una técnica. Yo no pienso que no tenga aspectos de técnica, ya que tengo netamente claro que la escucha activa es algo que se puede aprender y son precisamente esos aspectos de técnica los que se pueden aprender. Pero me importa también mucho que se entienda que no se puede reducir a una técnica, sino que la escucha tiene siempre un aspecto global de la percepción humana. Tiene siempre algo de ir más de los propios límites de percepción, tiene algo de sentirse parte de algo más grande. Tiene algo de confianza porque formo parte de algo más grande y puedo escucharlo y escucharlo, eso más grande. La escucha necesita una actitud de apertura a lo nuevo, a lo desconocido, a lo que excede nuestra experiencia personal.

Por ello quiero hacer esta entrada con un texto de Krishnamurti sobre la escucha, que apunta directamente a esa superación de los propios límites que es siempre la escucha, que es siempre tratar de acceder a otra persona, a su intimidad a su modo de entender la vida.

El texto es el siguiente:

«Así que, por favor, aprendan el arte de escuchar, no solamente a quien les habla, sino a la esposa, al marido, a sus hijos, escuchen los pájaros, el viento, la brisa, de modo tal que se vuelvan extraordinariamente sensibles en el escuchar. Cuando uno escucha, capta las cosas rápidamente, no necesita un montón de explicaciones, descripciones y análisis; uno fluye junto con el otro. Nosotros estamos departiendo como dos amigos que están tranquilamente sentados en un parque, o en un bosque; cantan los pájaros, hay mucha luz que llega por entre las hojas y se proyecta sobre el suelo. Existe un sentimiento de aprecio por la belleza. Cuando uno escucha así, ocurre el milagro. Escuchar de este modo es como plantar una semilla. Si la semilla es vital, fuerte, sana, y el terreno ha sido adecuadamente preparado, es inevitable que la semilla germine. Por lo tanto, uno ha de aprender el arte de escuchar. Si escuchan con sumo cuidado, captan muy rápidamente el significado de lo que el otro está diciendo». (Krishnamurti, La Mente que no mide, © KFT 1984).

Escucha activa

Resumen: Escuchar es querer comprender el mundo de la otra persona. Necesita que nos centremos en el otro y acallemos nuestras voces internas. Escuchar significa respetar y confiar en el otro y en sus capacidades.

¿Qué es la escucha activa? Escuchar significa mucho más que oír. Significa poner atención 20144603_spara oír. Significa, sobre todo, querer comprender, teniendo en cuenta que hay un mundo más grande detrás de las palabras, y tomar estas según el significado que tienen para las personas que las pronuncian. Escuchar es querer comprender el mundo de la otra persona, el marco donde se expresa.

Por tanto para quien quiere de verdad escuchar, escuchar es centrarse en el otro. Esto supone hacer callar el conjunto de voces que murmuran dentro de nosotros, es buscar hacer el silencio dentro de nosotros. Si tenemos mucho ruido interno, estamos agitados emocionalmente o nerviosos, o con prisa, o queremos resolver rápidamente, no vamos a ser capaces de escuchar. Si lo que alguien nos dice conecta con algo nuestro, naturalmente vamos a ir a nuestro recuerdo, y al final nuestra experiencia es diferente de la de quien está hablando con nosotros, y no se sentirá escuchado, porque estamos en nuestro mundo y no en el suyo.

Desde hace tiempo utilizo un texto para explicar qué significa escuchar, eso que se denomina escucha activa. Quiero traerlo aquí porque además de escucha activa deja en evidencia cuál es el tipo de relación que requiere la educación emocional. Uno efectos más evidentes de la educación emocional es precisamente cambiar el tipo de relación que se establece entre profesor y alumno, esto se trasluce en el texto de un modo bastante evidente. Es decir el texto habla de escucha activa en directo, pero detrás de esta y necesario para realmente escuchar está el respeto por la otra persona, la confianza en que es capaz y responsable de su vida, etc., actitudes todas necesarias para poder realizar eso que se denomina educación emocional.

Este es el texto:

15893277_s«Cuando te pido que me escuches y tu empiezas a darme consejos, no has hecho lo que te he pedido. Cuando te pido que me escuches, y tú empiezas a decirme por qué no tendría que sentirme así, no respetas mis sentimientos. Cuando te pido que me escuches, y tú sientes el deber de hacer algo para resolver mi problema, no respondes a mis necesidades. ¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables ni que hagas. Solo que me escuches. Aconsejar es fácil. Pero yo no soy un incapaz. Quizá esté desanimado o en dificultad, pero yo no soy un inútil. Cuando tú haces por mí lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces más que contribuir a mi inseguridad. Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional, entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí». (O’Donnell, R., La escucha, en Pangrazzi, A [ed], El mosaico de la misericordia, Sal Terrae, Santander, 1989, p. 43).

El segundo nivel de escucha (en la escuela)

Resumen: En el primer nivel de escucha respondemos desde nuestra propia situación y con nuestras propias emociones, sensaciones, sentimientos, opiniones, intereses. En el segundo nivel escucha al alumno tratando de entender, de comprender la situación personal del alumno (en tanto que tal alumno). Permite un respeto mucho mayor del alumno. 3 puntos necesarios: (1) No confundir empatía con simpatía. (2) Validar: la comunicación de la empatía es siempre bidireccional. (3) Necesita mucha práctica, repetir ejercicios, adquirir habilidades de comunicación.alumno-y-profe-vale

Estamos tan acostumbrados a escuchar desde nuestra propia situación como sujetos interesados en lo que sucede, que se nos olvida que la escucha tiene otros posibles puntos de vista, que abren posibilidades insospechadas.

Por esto voy a explicar lo que en ISIE denominamos segundo nivel de escucha.

El primer nivel es escuchar como el sujeto personal que somos, sujeto al que le afecta lo que le sucede o le interpela. Es decir en el primer nivel de escucha respondemos desde nuestra propia situación y con nuestras propias emociones, sensaciones, sentimientos, opiniones, intereses, sobre todo intereses. No olvidemos que las emociones son tendenciales: apuntan siempre a un objetivo conectado con nuestras necesidades.

Si observamos a un profesor en sus interacciones con los alumnos, la mayor parte de estas se desarrollan con el profesor hablando y respondiendo desde su función de profesor, desde su personal manera de entender ese rol. Se dirige al alumno como tal profesor y le da los consejos, instrucciones, explicaciones, etc., que como profesor considera que debe dar.

Sin embargo esta no es la única forma de interaccionar con el alumno. Puede cambiar el modo de la escucha. Puede escuchar al alumno tratando de entender, de comprender la situación personal del alumno (en tanto que tal alumno). Es decir no responder desde su opinión, sino buscando empatizar con la situación concreta y las dificultades del alumno, sus motivaciones e intereses.profesor-alumno5

Esta segunda forma de escucha abre todo un campo de posibilidades porque descubre el mundo tal como lo percibe el alumno, tal como lo enfrenta o lo huye, las dificultades concretas que le han detenido o bloqueado, cómo se siente en la clase entre sus compañeros, y ante el profesor, y ante la asignatura, y ante las explicaciones.

Esta segunda forma de escucha permite un respeto mucho mayor del alumno al incorporar a las interacciones su punto de vista, su percepción de la realidad. También permite introducir de un modo práctico al alumno como agente activo de su propio proceso de aprendizaje.

Una de las más potentes posibilidades humanas es esta de poder percibir las cosas desde la perspectiva del otro. El profesor puede coger la perspectiva del alumno y, entonces, la división, que le parece tan sencilla, incluso simple, desde su punto de vista de profesor, se agranda de tamaño y se convierte quizá en un obstáculo insuperable. Saber dónde se encuentra Reikiavik, desde el profesor es una bagatela, desde los diez años un galimatías incomprensible, porque el mismo nombre se hace abstruso.

Esta capacidad de escuchar en el segundo nivel, no es solo una posibilidad, es una necesidad de la educación hoy. Sin embargo es algo que no se practica de un modo amplio, porque no hemos aprendido a hacerlo, no hemos adquirido la habilidad. Voy a poner 3 puntos necesarios para adquirirla.

logopedia2Primero: necesita superar un prejuicio: confundir empatía con simpatía. Ante la posibilidad de esta escucha suele surgir la objeción defensiva de que al escuchar así ya se está dando la razón al alumno. Eso es confundir empatía con simpatía. Ser empático no es poner se a favor de alumno que nos cae bien. La simpatía se restringe a algunos alumnos, la empatía es la capacidad de detectar el sentimiento del otro, siguiendo consciente de que es el sentimiento de otro y no nuestro. No tenemos que estar enfadados para saber que el alumno que tenemos delante está enfadado. Que el profesor haya aprendido a distinguir en la práctica empatía de simpatía es el primer paso para poder situarse en este segundo nivel de escucha.

Segundo: necesita mucha validación: escuchar lo que nos vuelve en las interacciones. No hay empatía si el alumno no valida (confirma de algún modo) que realmente quiere eso, o le interesa… la comunicación de la empatía es siempre bidireccional.

Tercero: necesita mucha práctica, repetir ejercicios, adquirir habilidades de comunicación. Esto es así porque tendemos a situarnos en nuestra propia personal situación, a hablar desde el «yo», y no vamos al «tu» sin un esfuerzo personal. Ver las cosas solo desde el «yo», pensar que desde el «yo» tenemos todo el panorama de lo que sucede, es perder gran parte de la información de la situación en la que estamos inmersos, y por tanto no poder ser eficaces en la propia intervención en ella.

El programa 43,19 de FERE-Madrid y las condiciones para que exista innovación en educación

Resumen: una reunión del grupo impulsor de la innovación en la escuela con el programa 43,19 de Escuelas Católicas de Madrid. ¿Cómo podemos saber que un centro educativo ha emprendido realmente un camino de innovación educativa? Una escuela o colegio ha emprendido un camino de innovación educativa si existe: (1) Un liderazgo innovador efectivo. (2) Una cultura de la organización que  sea poco vertical, que privilegie la horizontalidad. Liderazgo se refiere a todos los niveles del colegio. La cultura es una cultura de respeto a la autonomía de cada persona, órgano, grupo, asociación constituida en la comunidad escolar, una cultura de la escucha. Entiende al profesor o maestro como guía y no como poseedor de conocimientos.manos

El miércoles 16 de enero 2013 he asistido, junto a Iñaki Lascaray como miembros de ISIE, a una reunión del grupo impulsor de la innovación en la escuela con el programa 43,19 de Escuelas Católicas de Madrid. Se trata de un programa que lleva ya más de dos años de andadura y que se encuentra abierto para promocionar la innovación en cualquier centro educativo que lo solicite, no solamente para los pertenecientes a Escuelas Católicas de Madrid, ni tampoco circunscrito solamente a Madrid. En este momento ya más de 20 colegios han puesto en marcha el programa.

La reunión estaba integrada por el Departamento Pedagógico-Pastoral y de Innovación de Escuelas Católicas de Madrid al completo y un numeroso grupo de personas que han implementado con éxito innovaciones educativas o expertos en distintas materias en relación a la innovación: inteligencias múltiples, estimulación temprana, aprendizaje cooperativo, PBL, destrezas y rutinas de pensamiento, coaching de equipos directivos, coaching pedagógico…

El tema, muy interesante y muy bien facilitado por Chus Sanz de Geiser Works, se desarrolla sobre el tema: ¿Cómo podemos saber que un centro educativo ha emprendido realmente un camino de innovación educativa? Se trata de dar indicadores concretos, comprobables, evaluables… no ideas generales que no se pueden verificar.

Los indicadores concretos necesitan un desarrollo detallado para el que una entrada de blog resulta insuficiente, aparte de que es un trabajo del que no me considero autor. Por esto voy a dar mi respuesta particular a partir de mis reflexiones sobre lo hablado. Esa respuesta se centra en 2 puntos. Una escuela o colegio ha emprendido un camino de innovación educativa si existe:

  1. Un liderazgo innovador efectivo.
  2. Una cultura de la organización que sea poco vertical, que privilegie la horizontalidad.

El segundo punto no importa que esté plenamente logrado, basta con que se haya iniciado el camino y se perciba con claridad la necesidad.

Liderazgo se refiere manos2a todos los niveles del colegio, no solo al equipo directivo, sino al claustro en su conjunto, al aula,… incluso entre los alumnos. Liderazgo capaz de elaborar un proyecto educativo de centro (no hay líder sin objetivo común) con objetivos para las diversas instancias del centro educativo, y que tenga la disposición de tomar decisiones aunque entrañen dificultad, si las ve necesarias para el cambio que pide la innovación.

La cultura a la que me refiero es una cultura de respeto a la autonomía de cada persona, órgano, grupo, asociación constituida en la comunidad escolar. Es una cultura de la escucha, que se constituye como habilidad básica para cualquier docente. También esta cultura entiende la diversidad de puntos de vista como riqueza y no como dificultad. Otro elemento es que entiende al profesor o maestro como guía y no como poseedor de conocimientos.

Evidentemente no es un tema cerrado. Ofrezco aquí mi reflexión y mi experiencia para que pueda servir como punto de partida.

imagen manos publicada por: javierlopez

«Dar consejos» y actitud de escucha en la educación

Resumen: Existe de un modo amplio la práctica de dar consejos entre los profesores y maestros. La actitud de dar consejos está reñida con la actitud de escucha. El paradigma subyacente es el de un profesor que es un poseedor de conocimientos, un experto, que desde esa posición de autoridad, decide que es lo mejor a hacer, da consejos. El nuevo paradigma entiende al profesor como guía. La actitud de escucha se hace esencial. Pierde su función de autoridad en lo personal. Toma  conciencia de que no puede responsabilizarse de lo que consigan madres o alumnos. Esto tiene el efecto positivo de fomentar la autonomía de las personas. No solo veo esto posible, sino necesario claves-restaurar-autoridad-perdida-casa_1_1335533

En múltiples ocasiones me he encontrado entre los profesores y maestros con la práctica de dar consejos, tanto en las relaciones que establecen con sus alumnos como, por ejemplo, en las que establecen con los padres y madres. Me lo he encontrado tanto que pienso que es algo que se encuentra dentro de la mentalidad del profesorado, insertada en la cultura de la educación que se vive de modo habitual en la enseñanza: se dan consejos a los padres todos los días y se dan consejos en las entrevistas a los padres y madres. Tanto que, al menos en las situaciones que me he encontrado, es el comportamiento que consideran normal, sin más crítica, e incluso en alguna ocasión puntual como algo imposible de variar.

La mayor dificultad que encuentro en esta práctica la he experimentado de modo vivo cuando he tratado de hacer prácticas de coaching con los profesores, de modo que pudiesen enfocar de un modo diferente precisamente sus relaciones con los alumnos y las entrevistas con los padres y madres.

La actitud de dar consejos está reñida con la actitud de escucha. Quien está dando consejos se encuentra rebuscando en sus propios conocimientos y experiencias, en suma en su propio mapa mental, el consejo adecuado a la ocasión. Debido a estar haciendo esto, no se está atento a descubrir, a escuchar lo que dice la otra persona. Esto cierra a buena parte de la información que está llegando e impide por tanto comprender la situación concreta de la persona que está delante.

Clase-Escuela-Profesor-300x199Al poner el foco de atención en dar consejos, se toma la actitud de juzgar la situación de quien está delante, precisamente para darle una solución. Es decir se asume el rol del técnico, del que sabe de aquello de lo que se está hablando.

El paradigma subyacente es el de un profesor que es un poseedor de conocimientos, un experto, que desde esa posición de autoridad, decide que es lo mejor a hacer, da consejos. En este caso la enseñanza y el aprendizaje son asimilados a una técnica. Como tal técnica los conocimientos son generales, es decir aplicables tal cual a muchas situaciones que se generalizan. Precisamente el técnico, quien posee el conocimiento general es quien debe decir que hacer.

El paradigma desde el que se practica el coaching, el nuevo paradigma que entiende al profesor como guía, el que yo pretendo a ofrecer como herramienta necesaria a los profesores para conseguir cambios en las personas es otro. El punto fundamental de este es que todas las personas son diferentes. Cada situación, tanto de alumnos, como de padres y madres, tienen particularidades que no se pueden generalizar y por tanto solamente la persona que los vive es la adecuada para encontrar la solución a los problemas.

Desde este prisma el ámbito de lo técnico queda enclavado dentro de lo personal. Lo personal es un terreno más amplio y realmente el que contacta con la realidad. La función de lo técnico es solamente de instrumento para que ese ajuste a la realidad que cada persona particular debe hacer, la pueda realizar mejor. No es la instancia que decide, porque los medios no deciden.

Desde este paradigma el profesor no conoce las circunstancias personales en las que el Woman Is Comfortedconocimiento técnico va a ser aplicado y por tanto su actitud de escucha se hace esencial y adquiere una importancia grande como habilidad que necesita.

Además, y quizás más importante, pierde su función de autoridad en el ámbito personal. Me explico mejor. Al dar consejos se estaba haciendo cargo, se responsabilizaba, de lo que tanto alumnos como padres deben hacer, se hace cargo de su conducta y de sus realizaciones, algo que provoca un gran estrés por exceso de responsabilidad.

En la función de coaching, que hemos denominado de guía, toma conciencia de que no puede responsabilizarse de lo que consigan madres o alumnos, porque eso pertenece a sus ámbitos personales. Esto le descarga de muchas responsabilidades.

Esas responsabilidades van a parar precisamente a los interlocutores del profesor o maestro y se convierten en parte de su tarea: responsabilizar a los alumnos de su propio proceso de aprendizaje y a padres y madres de la parte que les corresponde. Esto tiene el efecto positivo de fomentar la autonomía de las personas, algo necesario para el propio desarrollo y crecimiento, algo necesario precisamente para la educación.

Solo me queda decir que no solo veo esto posible, sino necesario. Se trata de un incremento de libertad necesario en la educación y de una descarga de estrés necesaria para maestros y profesores.