Las dimensiones de la relación de pareja

Esta entrada es deudora en su totalidad de Leslie S. Greenberg y Rhonda N. Goldman, Emotion-Focused Couples Therapy. The dynamics of emotion, love and Power. American Psycological Assotiation, Washington DC, 2008.

La relación emocional de una pareja se mueve siguiendo 3 ejes: identidad, vínculo y deseo. 19803722_sPrimero necesitamos ser quienes somos, segundo necesitamos personas a las que sentir cercanas, tercero necesitamos sentir la fuerza del deseo sexual.

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Paul Ekman, «El rostro de las emociones»

Paul Ekman, El rostro de las emociones, Signos que revelan significado más allá de las palabras. Ed. RBA, Barcelona 2004.ekman el-rostro-de-las-emociones-

Estamos ante un libro fundamental para todo aquel que quiera trabajar las emociones y entender cuál es su función y cómo pueden reconocerse. En la historia de la investigación sobre las emociones Paul Ekman constituye un hito fundamental. Sus investigaciones sobre el reconocimiento de las emociones básicas en diferentes culturas, trabajo realizado desde 1965, ha establecido definitivamente que la expresión facial de las emociones es un rasgo intercultural, es decir, un niño de cualquier cultura es capaz de descubrirla en el rostro de cualquier otro niño perteneciente a una cultura diversa. El que sea un niño es importante, ya que a lo largo de la vida el rostro va variando debido a las diversas experiencias que vivimos, de modo que la nitidez que la expresión espontánea de las emociones se va difuminando con el paso del tiempo.

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¿Por qué adornamos? Qué significa el adorno

Resumen: ¿Por qué el adorno? ¿Qué lleva al hombre a adornar el entorno en el que vive y a adornarse a sí mismo? El adorno está indisolublemente ligado al ambiente humano. El enfoque utilitario califica al adorno como algo superfluo y una pérdida de tiempo. El adorno se dirige hacia la belleza. Esta belleza está en relación con la persona, con su vida, con sus actividades, el sitio dónde vive, los utensilios que usa… El adorno es por tanto personalización.

El hecho de cruzarme el otro día por la calle con una mujer que se iba ajustando el collar zapatilla_personalizada_pintada_a_mano-83985que llevaba me planteó un interrogante sobre un hecho tan corriente que quizás nos pasa desapercibido: ¿por qué el adorno? ¿qué lleva al hombre a adornar el entorno en el que vive y a adornarse a sí mismo? No es este un hecho superfluo, hay que constatar que es un hecho insuprimible: todas, no algunas, todas las cosas de que se rodea el hombre, todo aquello sobre lo que pone su mano, de un modo u otro reciben ese toque que las adorna: es decir el adorno está indisolublemente ligado al ambiente humano: hasta el más pequeño tirador de una mesa, o utensilio tiene un aspecto de diseño, algún modo de adorno. Hasta cuando el adorno es mal visto, como algo simplemente no práctico, se puede decir que se impone un estilo de adorno, que es sin adorno: funcional.

Esto ya nos dice algo: existe lo funcional, es decir lo que está en relación con la función que cumple el utensilio. La función es la utilidad, aquello que confiere a la cosa su característica de medio o instrumento y que hace precisamente que el hombre lo incorpore a su entorno. Y también existe el adorno, que no está en relación directa con la función, sino con la belleza. Por esto el adorno se dirige en directo a las personas que van a utilizar el utensilio, para hacérselo agradable, atrayente. Lo funcional y el adorno serían dos dimensiones inseparables de los objetos humanos.

Hay un posicionarse de la cuzapatillas_victoria_pantera_rosaltura en relación al adorno. Existe la hipertrofia de la eficacia, que es un rasgo de la modernidad: valorar solo lo pragmático, lo útil. Este rasgo aprecia la función y desprecia el adorno. Este enfoque utilitario califica al adorno como algo superfluo y una pérdida de tiempo. La cultura adquiere entonces un matiz inhumano, basta pensar en esos edificios standard, todos iguales, totalmente pensados para su función, pero por eso mismo difícilmente habitables. Irremediablemente se decolora lo humano.

Hemos visto que la función se dirige hacia lo útil… ¿hacia dónde se dirige el adorno? La respuesta no es difícil: hacia la belleza, hacia lo bonito. El adorno es un excederse, una sobreabundancia de la forma. Algo es tan bonito que necesita ser destacado para que nuestra atención recaiga más directamente sobre él. La belleza es un aspecto inteligible, es decir, algo que la persona descubre en las cosas. Y ese algo es captado, no solamente por la razón, digamos, desnuda, sino por toda la capacidad de comprender el mundo y las cosas que posee la persona, por la razón más los afectos, más lo que llamamos el gusto, que es la experiencia del mundo que la persona lleva consigo, experiencia que se ha formado a través de los sentidos. Toda la sensibilidad personal entra en juego.

El adorno tiene que ver con la belleza, pero no con la belleza en modo absoluto, o, por así decir, vista en sí misma, sino con la belleza puesta en relación con las cosas de cada día, con la belleza de la vida cotidiana. Esta belleza está en relación con la persona, con su vida, con sus actividades, el sitio dónde vive, los utensilios que usa… El adorno es por tanto personalización. Acerca los utensilios a las personas concretas. Por ello el modo cómo decoramos nuestra casa dice tanto de nosotros mismos. Personalizar y adorno van de la mano. Por lo tanto, el adorno nos identifica, es algo personal nuestro, es parte de nuestro lenguaje más personal.

El adorno cumple una misión que puede parecer más pequeña, pero que a mí me parece zapatilla pèrsonalizadacolosal: unifica arte (lo personal) y ciencia (la función) al servicio de la vida cotidiana, pone en nuestra vida la belleza junto a la función; humaniza los descubrimientos del hombre y los mete en su vida cotidiana. Por esto el adorno construye lo que llamamos hogar, los lugares que nos gustan, nuestro ambiente personal. Sin adorno no hay hogar, un lugar que podamos llamar nuestro.

Sobre tener un cuerpo (leyendo de nuevo a Gabriel Marcel)

Resumen: El cuerpo es algo que se tiene sin cuerpo no tenemos nada. Es el cuerpo el que posibilita el tener cualquier otra cosa. Tener afecta al yo, al ser, a lo que somos El cuerpo lo somos y lo tenemos El pasado del cuerpo es la historia de nuestra vida acumula los sucesos de nuestra historia. Registra el paso del tiempo. El trabajo sobre las emociones es también salud, porque repara el cuerpo

Hoy día está bastante difundida una noción que llamaré mecánica del cuerpo. El cuerpo es algo que se tiene, se le pueden y se le deben cambiar piezas, mejorar la imagen que da de nosotros, de quienes somos, se le presenta «bonito», etc.

También se puede decir que:

1) sin cuerpo no tenemos nada, es el cuerpo el que posibilita el tener cualquier otra cosa. El cuerpo es así para el hombre el instrumento de todos los instrumentos.

2) todo tener afecta al yo, al ser, a lo que somos. No es lo mismo ser rico que no serlo, tener casa que vivir en la calle. Lo que tenemos afecta al modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mismo modo en que nos presentamos a los demás. Además varía también el modo en que los demás nos ven a nosotros.

3) tener cuerpo no es como tener cualquier otra cosa. Las cosas podemos disponer de ellas, abandonarlas. El cuerpo no podemos dejarlo, nos afecta a nosotros mismos, a nuestro yo en directo.

Conclusiones:

1) el cuerpo, por tanto, se encuentra en la frontera entre el ser y el tener. «Ser», nuestro yo es aquello de lo que no podemos disponer, salvo el suicidio (y, el suicidio, ¿dispone del yo?), que en realidad no es disponer, sino eliminar, y además se dirige en directo contra el cuerpo. Lo que eliminamos es el cuerpo, precisamente porque con nuestro cuerpo somos, y sin nuestro cuerpo no somos. Por tanto, el cuerpo lo somos y lo tenemos. Es inseparable de nosotros, no hay un yo y un cuerpo pensables de modo separado. Es una dualidad falsa.

2) el «tener» tiene siempre que ver con el pasado. Algo que tengo viene siempre de haberlo obtenido en algún momento del pasado. Si tenemos el cuerpo es que lo hemos obtenido en algún momento del pasado. El pasado del cuerpo es la historia de nuestra vida, porque todo lo que hemos tenido ha pasado de algún modo por él. El cuerpo es nuestra historia, acumula los sucesos de nuestra historia. Registra el paso del tiempo. El cuerpo es el registro de nuestra historia. El cuerpo almacena las emociones, nuestros sentimientos están en el cuerpo. El cuerpo es el archivo de lo sucedido a lo largo de la vida, lo resuelto y lo no resuelto.

3) Podemos trabajar nuestro cuerpo, realmente es lo que podemos trabajar. No trabajamos en directo sobre el yo, sobre lo que somos, para hacerlo siempre pasamos por el cuerpo.

4) El trabajo sobre las emociones es también salud, porque repara el cuerpo, elimina los conflictos no resueltos que estaban almacenados en el cuerpo.

El cuarto de nivel de comunicación. «Me siento…»: comunicar nuestras emociones. 2

Resumen: el nivel en que afloran las emociones Las emociones son como tan bien expresó Aristóteles, la sensación sentida, la sensación valorada desde el sujeto, y valorada desde sus necesidades. Para el ser humano (y también seguramente para los mamíferos superiores) no existe la situación de no emoción. Las emociones llevan en si mismas el manifestarse. Esta repercusión al nivel emocional de la persona se percibe de modo verbal o se percibe de modo no verbal, es decir, por su repercusión somática. El lenguaje no verbal está mucho más directamente conectado con nuestra sensibilidad, con nuestro cuerpo. La comunicación está siempre impregnada de emoción.

 

Estamos en el nivel netamente emocional, en el nivel en que afloran las emociones. Los sentimientos los reservamos para un nivel más profundo, el nivel que es también el de la amistad. En este nivel surgen naturalmente las emociones, porque estas son parte de nuestra sensibilidad natural y se manifiesta en todas las cosas.

Las emociones son como tan bien expresó Aristóteles, la sensación sentida, la sensación valorada desde el sujeto, y valorada desde sus necesidades como ser vivo que es, con necesidades biológicas, afectivas, emocionales, de formación, sociales, de logro, espirituales, etc. La emoción es la conexión de todas las necesidades con la sensación, con lo que se percibe en un momento determinado. Y es una reacción espontanea, rápida, límbica. Nos sale un gran perro inopinadamente por la calle y el miedo que sentimos nos indica que hay un posible peligro presente. El miedo valora la situación, las sensaciones más rápidamente que cualquier elaboración racional.

Pues bien esto mismo sucede en cada conversación, en cada situación y naturalmente surge decir: «me preocupa eso que dices», la frase indica precisamente cómo nos afecta lo que está tratando. Toda conversación que mantenemos nos afecta de algún modo, es decir, siempre hay una repercusión a nivel emocional: nos alegra, nos preocupa, nos entretiene, nos aburre, etc. Para el ser humano (y también seguramente para los mamíferos superiores) no existe la situación de no emoción, una situación a la que no hay reacción emocional alguna (ver, Carlos Castilla del Pino, Teoría de los sentimientos, 2000, p.99).

Y las emociones llevan en si mismas el manifestarse, no existe emoción que no repercuta de alguna manera, que no aflore al exterior, sacando la interioridad a pasear. La educación ha ido en una dirección opuesta a esto y puede ser tremendamente contraria a lo emocional y reprimir su manifestación. De hecho durante mucho tiempo y aún ahora se considera educada precisamente aquella persona que no manifiesta lo que le afecta, que se queda impasible. También nos parece importante esto en determinadas situaciones porque manifestar la emoción es manifestar nuestra interioridad y de algún modo por ello nuestra vulnerabilidad. La persona fuerte no manifiesta emociones ni sentimientos, es una de las máximas con peso en la educación y la cultura. Aunque esto no se hace sin coste alguno. Pugnar por no manifestar las emociones tiene un coste.

Esta repercusión al nivel emocional de la persona se percibe de modo verbal, tal como he indicado en el párrafo anterior, porque la persona utiliza una palabra o expresión que es en si misma emocional o se percibe de modo no verbal, es decir, por su repercusión somática: no lo expresa, pero por el tono o algún gesto advertimos que lo que hemos dicho ha enfadado a la persona o la ha alegrado o sencillamente molestado.

Toda emoción tiene una parte cognitiva y una parte somática. Ambas están indisolublemente ligadas y se influyen mutuamente. Su expresión puede seguir cualquiera de las dos vías o las dos. A través de la parte somática se expresa en lo que se llama lenguaje corporal o no verbal, que también se detecta por ejemplo en la voz. La voz expresa la emoción de una forma increíble.

Luego este cuarto nivel introduce en la comunicación como está afectando lo hablado al sujeto que habla y tenemos dos vías para detectarlo, la verbal y la corporal. Estamos tan acostumbrados y tan educados a seguir los aspectos verbales que los no verbales se nos escapan la mayoría de las veces, sin embargo dan una gran información y también mucho más fiable que la verbal. Las palabras admiten decir cualquier cosa, el lenguaje no verbal está mucho más directamente conectado con nuestra sensibilidad, con nuestro cuerpo, y es más difícil mentir o engañar con él. No digo que no sea imposible, pero normalmente es más difícil pues precisa mucha educación y mucho control y se aprende poco, salvo para las personas cuya imagen pública es muy importante.

Me queda de hablar de las técnicas que detectan las señales emocionales que surgen a este nivel, pero eso queda para su momento específico. Ahora nos quedamos con la comunicación está siempre impregnada de emoción y que esta es inseparable del lenguaje y de cualquier forma de comunicación humana. Queda hablar también de empatía y de escucha activa, que son los pilares de la actitud que es capaz de poner altavoz y así percibir este cuarto nivel de la comunicación.